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Las tendencias de sostenibilidad y protección al medio ambiente, no solo generan cambios en las operaciones de las empresas. Sino que también provocan el desarrollo de nuevas metodologías de formación de profesionales. Un caso de esto es la ecoformación.
Pero ¿Qué es la ecoformación y como impulsa los nuevos negocios y profesionales?
Eleonora Badilla, rectora de la Universidad Castro Carazo, universidad que ha impulsado este tipo de formación en el país, explicó que la ecoformación es un enfoque educativo que busca convertirse en una forma de vida para quienes se educan en este modelo.
“Aspira a elevar la conciencia de las personas sobre la importancia y las maneras de conservar la vida en el planeta. Esto de manera que como individuos, como profesionales y como parte de la sociedad tengan siempre en mente las consecuencias de sus actos y decisiones”, comentó Badilla.
Añadió que se fundamenta en el desarrollo del pensamiento sistémico y complejo. Además de las interacciones entre la ecología interna de la persona con las ecologías sociales y ambientales.
Badilla explicó que esto último es lo que se conoce como el Triángulo de la Vida.
“Las crisis sociales, ambientales, éticas y cognitivas por la que atraviesa la humanidad en este momento, demandan de que la formación de las personas, además de una sólida formación disciplinar y profesional, comprendan la necesidad de proteger la vida en el planeta. Además de que aprendan formas para colaborar con esa protección. También de que sean conscientes de las interrelaciones entre los ecosistemas sociales y biológicos. Todo esto para que se conviertan en ciudadanos planetarios que sepan que al cuidar su entorno inmediato. Así como que contribuyen a la supervivencia no solamente de la humanidad, sino de toda forma de vida”, afirmó la rectora.
Badilla señaló que la Universidad Castro Carazo utiliza el modelo de ecoformación en sus planes de estudio desde hace cinco años.
De acuerdo con la vocera, más allá de procurar una visión ecoformativa en cursos y carreras, se busca impactar a toda la comunidad institucional.
“Por ejemplo, para que el profesorado se apropie de las ideas y pueda acompañar al estudiantado con esta formación consciente, participan en un Programa Formativo llamado PUEDO. El estudiantado, además de las clases regulares, complementa su formación con actividades organizadas por la Vicerrectoría de Bienestar Estudiantil y Extensión Universitaria. Allí se involucran en proyectos y campañas de crecimiento personal y responsabilidad social y ambiental. El personal administrativo, cuenta con su propio programa de formación llamado LOGRO”, contó Badilla.
Añadió que, además, la Universidad custodia el Refugio de Vida Silvestre La Marta.
Entre los principales resultados del modelo de ecoformación se ha observado que, por ejemplo, en el profesorado, un mayor compromiso con la institución. Así como con la necesidad de adoptar acciones ecoformativas no solamente en su quehacer docente, sino en su vida cotidiana.
En el caso del estudiantado, este ha adquirido conciencia de la importancia de cuidar su ecología personal. Además de proponer iniciativas estudiantiles que buscan incidir en el mejoramiento de la calidad de la vida. Por ejemplo, los Proyectos Nosotras y Planeta.
A un mediano y largo plazo, Badilla señaló que, a mediano y largo plazo, mediante el modelo de ecoformación, aspiran a que el proceso de desarrollo de la conciencia ecoformativa en la comunidad educativa de la institución sea cada vez más evidente.
“Esperamos que, al ir convirtiéndose en una forma de vida, trascienda a las familias y de allí a las comunidades y a la sociedad. El compromiso ecoformativo solamente tendrá incidencia si cada vez más personas toman conciencia de la necesidad de cuidarnos personal y mutuamente, así como a la biodiversidad planetaria”, finalizó Badilla.
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