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Con la declaratoria de emergencia nacional, las empresas se vieron en la necesidad de implementar el teletrabajo, para desarrollar ciertas relaciones laborales. Este ha demostrado ser una manera efectiva de realizar labores y protegerse contra el virus, sin embargo, esta nueva conexión laboral puede ser un “arma de doble filo”.
Si bien la comunicación es más sencilla, lo cierto es que muchas personas no apagan las plataformas y herramientas digitales con las que trabajan; por el contrario, las mantienen encendidas o con alertas durante el día, excediendo los límites de las jornadas laborales establecidos por nuestra normativa laboral y los tiempos que los médicos recomiendan para tener un estilo de vida equilibrado y saludable.
La posibilidad de contactar a compañeros o incluso personas subordinadas en cualquier momento del día puede hacer que se sientan presionados o, incluso, que se genere el compromiso de laborar jornada extraordinaria para poder finalizar los pendientes.
De acuerdo con Vivian Rodríguez, abogada de EY Law, esta situación tiene dos posibles consecuencias.
Por un lado, que los trabajadores se sientan siempre cansados, tengan esta noción de que están trabajando todo el día o que son acosados laboralmente por la jefatura o algún compañero de trabajo, en caso de que la situación se mantenga en el tiempo y tenga una forma hostil con el fin de buscar que la persona salga de la empresa. Por otro lado, que exista la solicitud de muchas personas de que se cancele correctamente la jornada extraordinaria.
“Ambas consecuencias tienen un gran impacto legalmente, así como en la gestión de la cultura y el posicionar el talento humano como centro de la organización”, comentó la especialista de EY Law.
En el primer escenario, la sensación de encontrarse siempre en una jornada laboral, sin definir límites, puede afectar la vida personal de los trabajadores, quienes podrán sufrir del síndrome definido en la doctrina como “burnout”, el cual consiste en una fatiga crónica generada por estrés laboral. Situación que podría conllevar a que el colaborador sea atendido por riesgos de trabajo, se sienta desincentivado en sus labores e incluso existe el riesgo de fuga de personal.
“En el segundo escenario, si la empresa no lleva controles de las horas efectivas laboradas y cumplimiento de las metas de los trabajadores, existe el riesgo de que el personal labore jornada extraordinaria, sin que la empresa realmente lo requiera y, a todas luces, sin que se remunere correctamente”, agregó Rodríguez.
En el mundo se ha introducido la noción del derecho a la desconexión como un derecho de los trabajadores. Si bien, este derecho como tal no existe en normativa laboral costarricense, lo cierto es que el Código de Trabajo sí regula un límite a las jornadas laborales, el cual debe ser respetado, aunque se trabaje de forma remota.
Por este motivo, para aprovechar el teletrabajo de la manera más segura, Rodríguez repasa una serie de recomendaciones a considerar.
Seguir estas prácticas, son una medida preventiva de conflictos, para que tanto patronos como colaboradores, puedan disfrutar del teletrabajo de la mejor manera sin que genere un conflicto legal o personal y nos podamos enfocar en cuidar de nuestra salud en esta época de crisis.
Si desea ampliar más sobre este tema, puede observar y escuchar la entrevista completa con Vivian Rodríguez, abogada de EY Law en el siguiente video.
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