Así se pueden proteger a los menores durante el uso de la tecnología
En muchos mercados del mundo, los videojuegos han ganado protagonismo y han visto potenciada su presencia en los últimos años.
Prueba de este crecimiento es que 4 de cada 10 de los mayores acuerdos en la historia de los videojuegos se cerraron en los primeros meses de 2022. Esto, con énfasis en la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft. En total, se generó la suma de US$68.700 millones, en enero de este año.
Según el informe Target Group Index (TGI) Costa Rica, de Kantar IBOPE Media, sobre hábitos de consumo, 4 de cada 10 costarricenses tienen videojuegos. Además, destaca que el 50% de los gamers ticos juegan los fines de semana.
En cuanto a los dispositivos más utilizados para jugar se encuentran el teléfono celular. Así como la consola de videojuego conectada al TV y la consola de juego portátil de mano.
Por su parte, dentro de las marcas de videojuegos preferidas por los jugadores se encuentran Sony PlayStation 4. Además de Nintendo Wii y Sony PlayStation 3.
El 19% de las personas que tienen videojuegos, poseen al menos dos marcas distintas.
El estudio también determinó el interés de los usuarios por adquirir nuevos videojuegos. Por ejemplo, el 25% planea comprar videojuegos en los próximos 12 meses. Mientras que el 10% planea comprar videojuegos portátiles de mano en los próximos 12 meses.
Con este crecimiento, también vienen aspectos que se deben prevenir en los videojuegos online. Específicamente, han proliferado mucho en los últimos años y cada vez cuentan con más usuarios.
De acuerdo con Marvin Jiménez, experto Comisión de Ciberseguridad del Colegio de Profesionales en Informática y Computación (CPIC), el robo de la cuenta de usuario es uno de los múltiples riesgos a los que las personas se exponen al utilizar videojuegos online.
Añadió que el primer aspecto a tener en cuenta es la descarga e instalación del juego, en los casos en los que sea necesario. Jiménez señaló que siempre es recomendable descargar el juego de la página oficial, independientemente de si el juego es gratuito o de pago.
“Se debe evitar en todo momento descargar juegos comerciales de páginas “pirata” por dos motivos principales. Por una parte, se puede estar llevando a cabo una acción ilegal que vulnere las leyes relativas a la propiedad intelectual. Y, por otra parte, se corre un alto riesgo de infectar el equipo al instalar software malicioso sin darse cuenta”, señaló el experto.
Cuando son juegos con múltiples participantes, no se debe olvidar que en muchos casos no se conoce realmente a las personas con las que juega. Por este motivo, se recomienda ser cautos a la hora de comunicar información personal. Además, los videojuegos deben ser adecuados para el jugador, especialmente si el jugador es menor de edad.
¿Por qué no descargar videojuegos piratas? ESET comparte 5 razones para mantenerse lejos de los videojuegos pirateados.
1. Malware. Los cibercriminales suelen utilizar el nombre de un videojuego popular y el señuelo de contenido gratuito para atraer a usuarios. Esto para engañarlos para que descarguen software infectado con malware.
2. Adware. El adware puede ser una molestia para los usuarios de PC y móviles. Las constantes ventanas emergentes del navegador inundarán a la víctima con videos y publicidad estática.
3. El juego no funciona como está previsto. Los juegos pirateados pueden parecer una buena forma de acceder a títulos codiciados de forma gratuita. Pero la realidad suele ser distinta. Por ejemplo, puede que el juego nunca funcione correctamente. O que presente errores o fallos que perjudiquen gravemente su rendimiento.
4. Prohibición en las plataformas de juego. También existe la posibilidad de que el desarrollador oficial del videojuego sea capaz de rastrear el software pirata hasta dispositivos y computadoras específicas. Con ello, poner en la lista negra las cuentas vinculadas, ya sea de forma parcial o permanente.
5. Atención no deseada de las fuerzas del orden. El uso de videojuegos pirateados es ilegal. Si es posible rastrear el uso de software crackeado, dependiendo de la jurisdicción donde se ubique podría derivar en multas o incluso penas de cárcel.
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