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Un 60,3% de las mujeres en Costa Rica realizó ajustes en los hábitos del hogar con el objetivo de mitigar los efectos económicos de la pandemia del nuevo coronavirus, esto según un sondeo que realizó Coopenae entre 1.554 mujeres de todo el país.
Ante la afectación económica que ha representado el COVID-19 destaca que 26,4% de las mujeres consultadas indicó que en los últimos 3 meses (abril a junio) inició un emprendimiento o apoya a algún miembro de su núcleo familiar con un microemprendimiento. Esto debido a que a un 14,48% le redujeron su jornada laboral, está desempleada o ha sido despedida. Dentro de los microemprendimientos impulsados destacan venta de productos alimenticios o de servicios profesionales independientes.
“La situación económica que vivimos debido a la atención de la pandemia del COVID-19 ha afectado a toda la población, sin embargo, en Coopenae nos interesaba conocer los efectos que particularmente han experimentado las mujeres, quienes tradicionalmente han cumplido un rol primordial en el manejo y administración de las finanzas del hogar. Este sondeo refleja que la pandemia ha puesto a prueba la capacidad de resiliencia y adaptación de las mujeres para balancear su tiempo ante escenarios laborales, familiares y financieros mucho más intensos e inciertos.” señaló Marjorie Vargas, Gerente de Mercadeo de Coopenae.
El sondeo se realizó en julio de 2020 de manera digital entre mujeres de todo el país, mayores de 18 años y de manera abierta (asociadas o no a Coopenae).
El 79% de las participantes cuentan con uno o más préstamos personales, un 42% afirmó que mantiene sus compromisos financieros al día y un 31,9% han buscado arreglos de pago. Este dato podría reforzar lo que han apuntado estudios internacionales de entidades como Gramming Bank, que indican que las mujeres muestran un comportamiento más responsable con el pago de sus obligaciones financieras.
Un 83% de las participantes considera que sus gastos fijos (alimentación, electricidad, agua, entre otros) aumentaron si los compara con el consumo habitual antes de la emergencia por el coronavirus.
De igual forma un 18,3% dejó de utilizar servicios como educación, salud, transporte, entre otros; y un 26,5% redujo el consumo de algunos alimentos.
“Las mujeres han tenido que adaptar y ajustar su presupuesto. Muchas han realizado cambios en marcas de productos o han simplemente dejado de consumirlo. Así como otros servicios o bienes que no son de primera necesidad. Esto a pesar de que la gran mayoría de las mujeres que participaron en este sondeo aún mantiene su empleo, lo que nos evidencia el impacto integral en la economía de cada hogar” recalcó Vargas.
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