Los costos de la electricidad son el primer factor externo que afecta la competitividad de las empresas en el país en el 2020. Así lo señaló el 83,3% de las empresas de más de 100 trabajadores en la última Encuesta de Factores de Competitividad que realiza anualmente la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR).
De acuerdo con el informe “Costos por plantas de generación. Generación Pública, Generación Privada, Periodo 2019”, elaborado por la Aresep, los costos de producción promedio de electricidad en el Grupo ICE (ICE y CNFL) son ¢124 kWh. Mientras que en las cooperativas es de ₵80 cada kWh, lo mismo que para las empresas municipales. Y de alrededor ¢49,03 kWh en el caso de los cogeneradores privados.
Estos costos de producción, aunado al consumo individual de cada empresa, provocan altos pagos de los recibos de electricidad por su operación. Disminuyendo así su competitividad. Sin embargo, existe una alternativa que pueden implementar las organizaciones para reducir su consumo eléctrico. Así como mejorar su desempeño energético. Esta es la implementación y certificación de la norma internacional ISO 50001.
Esta es una norma voluntaria de implementación y certificación, según explicó Jaime Restrepo, consultor asociado de TAMA Adv. Su principal objetivo es permitir a cualquier tipo de organización, independientemente de su tamaño, establecer procesos para mejorar continuamente el desempeño energético. Esto incluyendo la eficiencia energética, el uso y el consumo de energía.
El experto señaló que todas aquellas organizaciones que tengan la certificación ISO 50001 pueden optar por una tarifa diferenciada con su proveedor de electricidad. Esto debido a que existe una resolución del ICE (RE-0026-IE-2019 publicada en el Alcance 72 de La Gaceta del 29 de marzo de 2019). Ella permite una reducción de aproximadamente entre un 15% y un 25% de la facturación eléctrica actual.
Por su parte, el Ing. Jose Vásquez, consultor de TAMA Adv., agregó que, además, las organizaciones que cuenten con la certificación en la norma ISO 50001, pueden obtener beneficios adicionales.
Entre ellos están: mejora del desempeño energético (beneficio económico), integración de la gestión de la energía a la práctica del negocio. Además de mejora continua de la eficiencia energética, la cual permite mayor competitividad de las organizaciones (reducción de costos fijos). Y contribuye al cambio climático mediante la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero relacionados con la energía.
Vásquez, puso el siguiente ejemplo de cómo una organización se puede ver beneficiada con la implementación y certificación de la norma ISO 50001.
“Una organización que registre consumos de energía y demanda de potencia promedio de 60000 kWh y 700 kW en periodo valle, 130000 kWh y 820 kW en periodo punta, 100000 kWh y 650 kW en periodo noche, con la tarifa actual T-MT de la CNFL, podría pagar mensualmente en facturación eléctrica 28.357.127,77 de colones.
“Si la organización certifica su Sistema de Gestión de la Energía basado en la norma ISO 50001, podría optar por la tarifa T-MTb. Ya que se le excluye de la condición de consumo mínimo de energía y potencia. Con el cambio de Tarifa, la facturación para el mismo escenario mencionado anteriormente bajaría hasta los 21.267.344,09 de colones. Esto implicaría un ahorro de 7.089.783,67 de colones.
“Además de lo anterior, cómo parte de la implementación de un sistema de gestión de la energía (SGEn), la aplicación de controles operacionales como apagado de motores u otros equipos operando en vacío, uso adecuado del aire comprimido, entre otros, también contribuirán a consumir menos energía y demanda. Lo que se traducirán en colones para la organización.
“También pequeños proyectos de control y medición de los procesos, permite mejorar la eficiencia energética y monitorear de mejor forma los procesos productivos de la planta”, explicó Vásquez.
“Aquellas organizaciones que tengan un alto consumo de electricidad, la implementación y certificación de los sistemas de gestión de la energía (SGEn) les traerá enormes beneficios económicos. Los cuales podrá utilizar para mejoras en la organización, invertirlos en algún proyecto o simplemente gestionarlo como un ahorro sobre el cual beneficiará evidentemente los Estados Financieros de la organización”, concluyó Jaime Restrepo, consultor asociado de TAMA Adv.
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