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Por: Manuel González.
Coordinador técnico de Inteco.
39 millones de empleos se podrían generar en todo el mundo si redujéramos nuestra huella ambiental aumentando la empleabilidad. Este dato se encuentra en el informe emitido por World Wildlife Fund, titulado ‘Reduciendo a la mitad la huella de la humanidad sobre la naturaleza para proteger nuestro futuro’. En este estudio se recomienda adoptar un nuevo objetivo mundial de biodiversidad.
Recalcan que los casi US$500.000 millones utilizados en subsidios dañinos por año y por país, podrían ser destinados a la creación de estos nuevos empleos. Actualmente, La Cepal proyecta que la tasa de desocupación en la región aumentaría del 10,5% al 11%. Esto entre el año pasado y el presente. Mientras que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sostiene que la tasa de desempleo está en 11,1% para este 2021. Siendo América Latina y el Caribe la zona más golpeada a causa de la crisis del Covid-19.
Estos datos reflejan la problemática de la empleabilidad de Latinoamérica. Por esta razón, hay que buscar soluciones ampliadas para disminuir las cifras anteriormente mencionadas. Propuestas van y vienen. Pero reconozco que, disminuyendo la huella humana contra el ambiente, se ahorraría dinero para ser usado en crecer la planilla empresarial.
Entonces, ¿Qué es una huella ambiental? Son parámetros utilizados para informar los resultados de Análisis del Ciclo de la Vida, en áreas de interés ambiental. Asegurando a las organizaciones y sus interesados que los resultados de sus impactos ambientales son calculados basados en ciencia, de forma íntegra, precisa y transparente.
En este ámbito, Inteco ratifica la importancia de demostrar que las empresas son entes responsables ante la sociedad. Y conscientes de la huella de sus procesos en productos o servicios, aplicando estándares. Además de certificar a las organizaciones con normas que verifiquen la marca que están dejando.
En la actualidad, dependiendo de la estrategia ambiental de las organizaciones, hay tres herramientas que las normas ISO pueden apoyar. Esto a la hora de iniciar con la reducción de la huella ambiental en general. La huella de carbono donde se consideran las emisiones y remociones de gases del efecto invernadero. La huella de agua que ayuda a cuantificar los impactos ambientales potenciales que se relacionan con este líquido. Y la huella ambiental que sirve para tener un criterio del comportamiento del producto o servicio. Esto a lo largo del ciclo de vida en cuanto al tema que estamos tratando en el artículo.
Estas certificaciones internacionales lo que aporta es la medición del impacto que la compañía está teniendo para así reducir la brecha ambiental que posee. Por consiguiente, ahorrando tiempo y dinero que podría ser utilizado en contrataciones de personal, disminuyendo el desempleo en cada país. Además, de ir creando una cultura orientada en el manejo efectivo de contaminantes ambientales, sostenidos y medibles con el pasar del tiempo.
Desde Inteco hacemos un llamado para que las empresas empiecen a disminuir a la mitad su huella ambiental. Pero de forma veraz y visible. Esto para que ese 11,1% de desempleo disminuya en los próximos años.
¿Cómo se logra? Cambiando las actividades de producción y consumo por modelos sostenibles. Así como lo señala el informe por WWF, gestionando una contabilidad del capital natural tanto a nivel nacional como empresarial. Transformación sostenible de modelos productivos de alimentos. Y la implementación de modelos de economía circular minimizando los residuos producidos.
Esto se consigue con normas internacionales. Las cuales reflejan el buen funcionamiento que la empresa está realizando para la disminución de huella ambiental, de forma medible, reportable y verificable.
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