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Las restricciones impuestas por los gobiernos para reducir la transmisión de la Covid-19, aún mantiene un alto impacto en el transporte público. Así lo concluyó el índice de movilidad de los consumidores, realizado por la firma EY.
El estudio analizó los patrones de traslados y viajes de los consumidores en tres segmentos de movilidad clave. Estos son el trabajo, ocio y entretenimiento, viajes domésticos y por propósitos sociales.
De acuerdo con Andrés Dobles, líder del sector de movilidad de EY, los hallazgos sugieren una desaceleración importante en la movilidad de los consumidores en todo el mundo. Esto debido a que, a medida que las personas se han concentrado más en sus casas, los viajes han sido menos frecuentes, más locales y cada vez más dentro del territorio nacional.
Además, los viajes se han enfocado en obtener productos básicos para el hogar en lugar de ir a trabajar o entretenerse.
El análisis muestra también un triple golpe al transporte público. Los viajes en taxi y transporte público registraron las mayores disminuciones por segmento en todos los ámbitos, señala el estudio.
Por su parte, los viajes realizados en vehículos personales (automóvil o motocicleta) o en micromovilidad (bicicletas, bicicletas eléctricas y scooter) están entre los menos afectados.
Gráfico 1: Disminución mensual promedio en viajes por tipo de transporte, de acuerdo con el índice de movilidad de consumidores de EY.
“Si bien las compañías de transporte público están trabajando arduamente para convencer a los consumidores de que las medidas, como utilizar mascarillas y la limpieza profunda de las unidades, son efectivas para bajar el riesgo, es difícil imaginar regresar a los niveles anteriores de pasajeros. Esto, al menos, hasta que la Covid-19 se haya controlado mucho más”, comentó Dobles.
El análisis realizado indica que los consumidores siguen eligiendo viajar en automóvil. Esta decisión es con el objetivo de evitar compartir espacio con extraños. Además así amplían su percepción de seguridad a una categoría mucho más amplia e influyente que involucra higiene, limpieza y bienestar, más allá que accidentes y lesiones en carretera.
El índice reveló también que los viajes, en general, disminuyeron en un 61% como consecuencia del aumento en la cantidad de personas que trabajan desde casa. Asimismo, los viajes por ocio y entretenimiento disminuyeron en 51%.
El cambio hacia la priorización de los viajes esenciales también se refleja en los viajes con fines domésticos y sociales. Estos últimos muestran la menor disminución (40%). Por su parte, los viajes para encontrarse con amigos y familiares disminuyeron 50%.
Adicionalmente, los viajes para necesidades inevitables, como comprar artículos básicos para el hogar y lavar la ropa, disminuyeron menos (21%).
De acuerdo con los resultados de EY, el tiempo promedio de viaje semanal por persona se redujo en un 40%. Este pasó de un promedio de 6 horas a 3,7 horas.
Ello representa tanto un enorme desafío a corto plazo para las redes de transporte público existentes. Así como una tremenda oportunidad para reimaginar y reinventar los entornos y economías locales en una mayor escala de tiempo, señala el estudio.
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