Últimas Noticias:
La producción textil de ropa es causante del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Asimismo, se estima que un par de jeans utilizan cerca de 3.700 a 7.000 litros de agua para su fabricación y que aproximadamente el 25% de las aguas residuales industriales provienen de la industria textil.
Estos datos, recolectados por Garson & Shaw, son un reflejo del impacto negativo que posee esta industria en el medio ambiente. Principalmente, en temas como el uso excesivo del agua en el proceso de fabricación de las prendas. Así como el uso de productos químicos en la producción textil, la producción excesiva de residuos. También por el uso desmedido de energía y las emisiones asociadas al transporte y traslado de estos textiles.
Ante esta realidad nació una tendencia conocida como reciclaje de ropa y moda sostenible.
De acuerdo con Juan David Montoya, del área de Comunicaciones de Garson & Shaw, al reutilizar y reciclar la ropa, se ahorran recursos naturales. Además, se reduce la contaminación y se mantienen los desechos fuera de los vertederos.
De acuerdo con el vocero, entre los principales beneficios que genera es el ahorro de agua. Así como la reducción de residuos y de emisiones de CO2.
Montoya añadió que, aumentar la vida útil de una prenda por al menos 9 meses más, reduce entre un 20% y un 30% la contaminación producida. Ello en comparación con la compra de una nueva prenda.
“Si todas las personas compraran ropa de segunda mano en lugar de prendas nuevas durante un año, la reducción energética sería equivalente a la electricidad que consumen 32 millones de hogares al año. Es por esto que la industria de la ropa usada es uno de los mejores aliados en la búsqueda por un mundo más verde y sustentable”, concluyó Montoya.
Nuestras Redes Sociales: