¿Por qué cuidar la privacidad digital de sus hijos?

¿Por qué cuidar la privacidad digital de sus hijos?

El ciberacoso, en la actualidad, toma cada vez más relevancia. Esto principalmente cuando se trata de niños o adolescentes. Debido a ello, es muy importante tomar acciones para proteger la privacidad de los hijos.

De acuerdo con la firma Kaspersky, uno de los principales riesgos es sharenting. Un ejemplo de ello es el regreso a clases de los hijos. En este período, los padres de familia tienden a compartir fotografías de sus hijos en sus redes sociales.

Según la firma, esto genera tres riesgos principales. Primero, la exposición de información confidencial de los menores. Segundo, usuarios desconocidos podrían tener acceso a las fotografías de sus hijos. Y, tercero, se puede generar ciberbullying.

“Al igual que en la vida real, los padres son los responsables de lo que ocurre en la vida digital de sus hijos. Por ello, deben tomar las medidas necesarias para proteger a los menores de los peligros que asechan en el ciberespacio”, comentó Carolina Mojica, gerente de ventas de Consumo para América Latina en Kaspersky.  

Acoso y extorción para los hijos

Por su parte, Eset, también señaló otro riesgo para los hijos, se trata del grooming. Esta es la persuasión que realiza una persona adulta sobre un menor, a través de las nuevas tecnologías, con una finalidad sexual.

El objetivo puede ir desde la obtención de imágenes en situaciones comprometedoras hasta el intento de establecer un encuentro con menores de edad. Estos, podrían terminar en abusos sexuales.

David Méndez, gerente de Eset en Costa Rica explicó que, “por medio de perfiles falsos en las redes sociales, y hasta haciéndose pasar por un niño, niña o adolescente, el adulto que realiza el grooming intenta llegar a la víctima a través de la seducción. Además de la provocación y la amenaza. Con ello busca generar una relación de amistad y confianza y lograr su objetivo, abusar del menor”.

En primer lugar, el adulto se muestra como un par, es por eso que crea un perfil falso que lo muestre como un niño, niña o adolescente. Una vez que establece el contacto con la víctima, comienza a generar una amistad o vínculo de confianza. Para esto, recurre a la información que el menor tiene en su perfil. La utiliza para generar una sensación de familiaridad. Posteriormente, cuando hay una relación de confianza, el groomer comienza con el acoso y la extorsión. Les pide a los hijos fotos o videos de índole sexual. Si obtiene ese material. Pueden suceder dos cosas: que el acosador desaparezca, o que pida más contenido, hasta lograr el encuentro cara a cara.

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