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La ciberdelincuencia ha experimentado un crecimiento significativo en el último año. Ello destacando un aumento del 8% en los ciberataques semanales a nivel global en el segundo trimestre, según datos de Check Point Research (CPR). Debido a ello, señalan especialistas, toma mucha importancia conocer las tendencias en ciberamenazas.
En este sentido, ¿Qué se puede esperar para el 2024 en temas de ciberamenazas? Check Point presentó siete proyecciones.
Ascenso de ciberataques dirigidos por IA: Los actores de amenazas adoptarán IA para acelerar y expandir su arsenal, desde el desarrollo eficiente de nuevas variantes de malware hasta el uso de tecnologías deepfake para ataques de phishing y suplantación de identidad.
Uso de IA en defensa cibernética: La inversión en IA para ciberseguridad se intensificará, siendo vital para la protección contra amenazas avanzadas.
El enfoque de los hackers en recursos de IA en la nube: Los hackers verán los recursos de IA basados en la nube como oportunidades lucrativas, centrando sus esfuerzos en establecer granjas de procesamiento gráfico (GPU) para financiar sus actividades cibernéticas.
Confianza cero en la cadena de suministro: Ante el aumento de ciberataques, habrá un desplazamiento hacia modelos de “confianza cero“ que requieran verificación para cualquier conexión a un sistema, independientemente de la red en la que se encuentren.
Transformación en la evaluación de resiliencia cibernética: La IA transformará la manera en que las compañías de seguros evalúan la resistencia cibernética de sus clientes potenciales.
Persistencia de la guerra cibernética: La inestabilidad geopolítica será un factor que influya en actividades hacktivistas, con el objetivo de perturbar y desestabilizar.
Avances en tecnología deepfake. Estas herramientas serán empleadas para crear contenido que pueda influir en opiniones o alterar precios de acciones.
Tácticas avanzadas de phishing: Se prevé un aumento en campañas de phishing más personalizadas y efectivas.
Joey Milgram, gerente general de Soluciones Seguras en Costa Rica, comentó que la transición hacia la utilización de la inteligencia artificial (IA) en el campo de la ciberseguridad es innegable. Debido a ello, “hay que reconocer la necesidad urgente de innovar a un ritmo que supere las ciberamenazas para mantenernos un paso adelante. Una manera de hacerlo es aprovechando plenamente el potencial de la IA en ciberseguridad, con un enfoque firme en su implementación de manera responsable y ética“.
Para Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica, el próximo será un año desafiante para la seguridad informática contra ciberamenazas. Esto porque, mientras la tecnología avanza, también lo hacen las amenazas cibernéticas.
Gutiérrez Amaya, añadió que en cuanto a tendencias en ciberamenazas y ciberseguridad, hay que prestarles atención a temas como:
Con el avance de ChatGPT y otras aplicaciones que incorporan tecnologías de inteligencia artificial generativa, se abre una ventana de oportunidad para fortalecer la ciberseguridad.
Un aspecto positivo es que la implementación de modelos de lenguaje avanzados podría potenciar significativamente la capacidad de la ciberseguridad: la inteligencia artificial permitiría mejorar la detección de amenazas, mediante sistemas que aprendan patrones de comportamiento y logren identificar anomalías de forma más precisa.
Sin embargo, la misma tecnología podría ser aprovechada por actores malintencionados para orquestar ataques basados en la ingeniería social aún más sofisticados. Con los algoritmos de inteligencia artificial generativa se ha demostrado lo sencillo que puede ser generar correos electrónicos, mensajes o llamadas automatizadas que imiten de manera convincente a usuarios legítimos, por lo que se podría esperar para 2024 un incremento en este tipo de ataques.
Se espera que la monitorización de actividades sospechosas se intensifique en aplicaciones de mensajería como Telegram y plataformas similares, ya que el cibercrimen ha ampliado su alcance desde la dark web hasta aplicaciones de mensajería de uso generalizado. Esta expansión subraya la necesidad de ajustar las estrategias de seguridad para abordar el dinámico panorama del cibercrimen.
“El principal reto radicará en encontrar un enfoque que logre armonizar la seguridad digital con la preservación de la libertad individual. La búsqueda de este equilibrio se convierte en un elemento central para las estrategias de ciberseguridad, donde se busca garantizar la protección contra amenazas cibernéticas emergentes sin comprometer la privacidad y libertad de los usuarios”, destaca Gutiérrez Amaya de ESET.
En los últimos meses, se ha observado un aumento significativo de campañas maliciosas que emplean commodity malware en la región, principalmente el uso de amenazas tipo RAT, con el objetivo de obtener información valiosa y generar beneficios económicos.
En este contexto, las estrategias de seguridad se ven desafiadas a ir más allá de simplemente contar con tecnologías para identificar amenazas conocidas. Se requiere una capacidad extendida para ampliar la visibilidad sobre comportamientos sospechosos que puedan indicar posibles intrusiones en un sistema. La adaptabilidad y la capacidad de aprendizaje de los equipos de seguridad emergen como elementos cruciales para mantenerse a la par de la continua evolución de los cibercriminales.
Con el aumento de casos en los últimos años, este tipo de ataques representan una amenaza en crecimiento también para Latinoamérica. Esta evolución en la estrategia de los atacantes podría permitirles dirigirse de manera más específica a eslabones críticos de la cadena, interrumpiendo operaciones vitales en países de la región si no se implementan medidas de protección adecuadas.
La necesidad de implementar medidas preventivas se vuelve imperativa a lo largo de toda la cadena de suministro en la región, desde las grandes corporaciones hasta los proveedores más pequeños. “La adopción de prácticas y tecnologías de seguridad sólidas en cada etapa se vuelve esencial para fortalecer la resiliencia frente a posibles ataques. Las empresas deberán verificar la seguridad de los proveedores de servicios tecnológicos, especialmente en aquellas asociadas con infraestructuras críticas en Latinoamérica. Concentrarse en consolidar la confianza en toda la cadena de suministro, reconocer la interdependencia entre cada eslabón y proteger la integridad del sistema en su conjunto”, agrega el investigador de ESET.
Este enfoque se convierte en un elemento clave para salvaguardar la continuidad y seguridad de las operaciones en la región frente a las complejidades y riesgos asociados con los ataques a la cadena de suministro.
Los cambios identificados durante este año en la forma de propagarse y el diseño de los troyanos bancarios indican que este tipo de amenazas seguirán vigentes y evolucionarán. Desde ESET esperan una mayor sofisticación en técnicas de evasión, como el uso de técnicas de camuflaje y la exploración de vulnerabilidades específicas de la región.
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