Últimas Noticias:
La vida de las personas en todo el mundo ha cambiado de formas inimaginables. Como consecuencia de los trágicos efectos provocados por la pandemia COVID-19, pocas personas esperan volver a sus viejos comportamientos en el corto plazo y más bien están encontrando espacios para hacer una pausa y reflexionar. Así lo demuestra el Índice del Futuro Consumidor, un estudio elaborado por la firma global EY, que recoge la opinión de 4.859 consumidores en los EE.UU., Canadá, Reino Unido, Francia y Alemania durante la semana del 6 de abril de 2020.
Producto de este sondeo, EY clasificó varias categorías de consumidores para entender los comportamientos, el sentimiento y la intención actual de compra. Entre ellos sobresalen dos tipos de personas; por un lado, los consumidores en el segmento denominado «hibernar y gastar», que en su mayoría tienen entre 18 y 44 años. Estos son los más preocupados por el impacto de la pandemia; pero solo el 40% de ellos dice que está comprando con menos frecuencia. Además, a pesar de que el 42% dice que los productos que compra han cambiado significativamente, el 46% dice que las marcas ahora son más importantes.
El índice muestra cambios mucho mayores en el segmento que EY ha denominado «corte profundo». Estas personas, que son principalmente mayores de 45 años, han visto el mayor impacto en su empleo, dado que a casi una cuarta parte se le suspendió su trabajo temporal o permanentemente. El resultado de esto es que el 78% compra con menos frecuencia y el 64% solo compra lo esencial. Y, en contraste con el segmento de “hibernar y gastar”, el 33% de estos consumidores siente que las marcas ahora son menos importantes.
Para el caso de Costa Rica esta tendencia resulta muy similar, por el impacto económico que el país está sufriendo en los sectores productivos, con lo cual es de esperar un comportamiento conservador de compras no esenciales, indicó Federico Guardia, Director Regional de Desarrollo de Negocios y Comunicaciones de EY para Centroamérica, Panamá y República Dominicana.
Poco a poco, a medida que la crisis disminuye, el estudio elaborado por EY sugiere que con el tiempo la mayoría de las personas irá migrando a dos formas de conducta. Por un lado, los consumidores que son cautelosamente extravagantes, y creen firmemente en una recesión mundial después de la pandemia. Aunque son financieramente conservadores, esperan aumentar el gasto en productos no esenciales una vez que la crisis haya terminado, y se inclinan por las compras de marcas que tienen un propósito social. De hecho, el 62% dice que es más probable que compre a las compañías que están haciendo un bien a la sociedad, al mismo tiempo que se inclina por la compra de bienes producidos en el país.
Por otro lado, hay un grupo de consumidores que se encuentra en busca de la normalidad y está determinado a que después de la pandemia las cosas sean igual que antes. Un tercio de ellos incluso no espera que la crisis cambie sus vidas en ninguna dimensión, tanto así que solo el 29% dice que habrá cambiado la forma en que realiza sus compras, aunque la mayoría no espera gastar más dinero del que solía.
Para los analistas de EY, al comprender dónde están los cambios más significativos y cuáles se mantendrán, las empresas podrán posicionarse para adaptarse mejor. “Hoy, un tercio de los consumidores está totalmente de acuerdo con reevaluar las cosas y no dar por sentado otras. Y más de una cuarta parte dice prestar más atención a lo que consume”, afirmó Guardia.
Nuestras Redes Sociales: