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En la actualidad, la educación tiene un desafío: lograr adaptarse a las nuevas tendencias de tecnología como ChatGPT y la Inteligencia Artificial (IA).
Así lo señalan expertos en temas de educación y tecnología. Un ejemplo de ello lo plantea Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.
Por ejemplo, señala, algunos casos donde ChatGPT es utilizado de una forma disruptiva y formativa, son el caso de profesores. Los cuales solicitan a sus estudiantes que generen un texto sobre un tema a elección con la ayuda del chatbot. Esto para que luego ellos mismos puedan encontrar los errores.
Sin embargo, menciona el especialista, pero sus beneficios podrían ir aún más allá. “Entre ellos, usarse para abordar temáticas de manera más interactiva. También generar debates y contrapuntos, organizar planes de estudios personalizados según la necesidad de cada persona. Hasta su aplicación para el ahorro de tiempo en tareas administrativas”, menciona Gutiérrez Amaya.
Agrega que, del otro lado de la vereda, hay quienes aún ven a la Inteligencia Artificial como un atajo directo a la trampa en la educación. Así como que aleja a los estudiantes del aprendizaje.
“Más allá del debate del impacto que puede generar la utilización de la Inteligencia Artificial como una herramienta más en la educación, hay un tema que es ineludible. Es el de la seguridad. De hecho, son varios los países en los que ChatGPT no está disponible en línea con las leyes regulatorias vinculadas a Internet”, concluyó el experto.
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