La reciente Encuesta Nacional de Microempresas de los Hogares (Enameh, 2022) estimó en 395.438 el total de personas trabajadoras independientes. Si bien el dato incluye el sector agropecuario, industria, comercio y servicios, es el último de ellos el que con mayor probabilidad puede sacar ventaja de los espacios de trabajo flexibles, según expertos.
Federico Reyna, Business Manager de WeWork, explicó que los espacios de trabajo flexible son una opción operativa rentable para micro y pequeñas empresas. Ello, dijo, se debe a que este tipo de espacios permiten a empresas y trabajadores acceder a recursos y áreas que permiten ejercer con comodidad y eficiencia, sin tener que financiar por separado cada servicio. Como el internet, la seguridad, compra y permisos del local, entre otros.
Añadió que la propuesta de espacios de trabajo flexibles adquiere relevancia si se toma en cuenta que, de acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en Costa Rica la informalidad laboral se ubica alrededor del 45% del empleo total. Y esta informalidad, señala, tiene como consecuencia una baja productividad.
Para Reyna, es claro que existe un tema de supervivencia para muchos emprendimientos, y es que las empresas más pequeñas tienen una tensión especial en su flujo de caja.
“Los espacios de trabajo flexible les permiten a las pymes invertir en lo prioritario. Ello porque no dedicarán recursos a otros detalles que impliquen compromisos inflexibles y que acarrean costos fijos y desgaste”, afirmó Reyna.
La Enameh 2022 señaló, además, que el 46,3 % de las microempresas que recibieron financiamiento, lo destinaron principalmente para comprar local. Además de vehículo, maquinaria, equipo o herramientas.
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