¿Y si los ticos compramos el Banco de Costa Rica?

Vernan Mesén, corredor de Bolsa de la Bolsa Nacional de Valores (BNV).

Por: Vernan Mesén, corredor de Bolsa de la Bolsa Nacional de Valores (BNV).

El anuncio del presidente Rodrigo Chaves, en el discurso de los primeros 100 días de su mandato, donde propone la venta del Banco de Costa Rica (BCR), nos plantea una posibilidad de democratizar estos activos. Y no necesariamente entregar el potencial de la empresa en manos de unos pocos.

La venta o privatización del activo como único objetivo, suele ser promovida para dar solución de corto plazo. El Gobierno, en este esquema, vende su activo productivo a terceros. En muchos casos deja de lado su potencial de crecimiento.

La opción de la venta de activos, planteada en la mayoría de los casos son atractivas para empresas públicas con potencial.

En el caso de democratizar activos, podríamos trasladar ese potencial de crecimiento a gran parte de la sociedad. Esto mediante la venta de acciones de esa empresa y permitir que la propiedad de los activos del Estado pase a manos de la población.

Este modelo, pareciera, sí está pensado para la otra propuesta de vender acciones del Instituto Nacional de Seguros (INS).

Cambios de este tipo, necesitan un impulso desde el ámbito político. Esto para que se abandone el concepto de Estado actual y se permitan alianzas público-privadas. Las cuales hagan que las empresas realmente productivas del país sean manejadas como verdaderas corporaciones. En ellas, el control se aparta de injerencias políticas y el desempeño sea evaluado constantemente por los accionistas.

La democratización necesariamente tendría que limitar la venta de las acciones por persona física y cantidad de acciones. Así la propiedad de la empresa puede distribuirse en un porcentaje importante de la sociedad.

Venta del Banco de Costa Rica (BCR)

Mecanismos que aseguren la ampliación de la base de inversionistas y la protección de todos independientemente del monto de su participación es imprescindible para el éxito.

El valor principal de este tipo de iniciativas es la inclusión social. Es decir, el ciudadano se convertiría en participe del éxito de las empresas en las que en la mayoría de los casos son usuarios. Ello exigiendo y recibiendo un mejor servicio y beneficiándose de sus utilidades.

Adicionalmente, impulsaría el mercado de capitales local, ayuno de opciones accionarias. Esto atraería a más participantes. Permitiría, además, una maximización de los recursos ya sea en el fortalecimiento de las empresas o de los beneficios de sus accionistas.

La posibilidad de que el ahorro nacional concentrado en las cuentas individuales de los trabajadores en las Operadoras de Pensiones invierta en las acciones de estas empresas, haría que una mayoría de la población costarricense se convirtiera en dueña del Banco de Costa Rica y del INS.

La democratización de activos es una alternativa probada en otras latitudes. Haría posible que, con la decisión del Ejecutivo de vender parte de nuestras empresas productivas, podamos los ticos comprar y realmente beneficiarnos de los resultados y gestión de estas.

Si vamos a vender parte de las “joyas de la abuela”, no parece descabellado que los nietos compremos.

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