Vida laboral: Cuando el presente alcanza al futuro

Vida laboral: Cuando el presente alcanza al futuro

Por: Juan Pablo Bustamante
General manager de
WeWork Costa Rica y Perú.

Ya se va a cumplir un año desde que la publicación del Foro Económico Mundial “The Future of Jobs Report 2020” saliera a la luz. Esto tanto para interpretar los acontecimientos relacionados al ámbito laboral en el complejo 2020. Así como también para anticipar los cambios laborales que vendrían. Hoy, ese futuro laboral anunciado es parte de nuestra actualidad en el 2022.

Como explica, este informe que utilizó una combinación de inteligencia cualitativa y cuantitativa para crear una imagen de los trabajos como las habilidades necesarias para el futuro, es hoy una realidad que podemos contrastar para darnos cuenta que, pese a la incertidumbre general que existía en ese entonces, el estudio logró aproximarse con bastante precisión a los rasgos que podemos identificar a la fecha.

El informe resultó apropiado en cuanto al nivel de transformación digital que motivó la pandemia. Además de cómo la adopción de tecnologías por las empresas llegaría a transformar las tareas, los trabajos y el canon de habilidades esperables en los colaboradores al 2025. 

Como señalaba el informe, del total de la fuerza laboral de cuello blanco que se desempeñaba en línea, un 84% de los empleadores indicó estar preparado para digitalizar rápidamente los procesos de trabajo. Esto incluida una expansión significativa del trabajo remoto, un hecho práctico en la actualidad.

Un nuevo paradigma dual en la vida laboral

El reto real está en apoyar el trabajo remoto sin perder de vista el valor de ejercitar las habilidades sociales de interacción y trabajo cooperativo. Es por esto que, pese a que los empleadores, según el informe del Foro Económico Mundial, señalaron tener el potencial de mover un 44% de su fuerza laboral para operar de manera remota, muchos de ellos estaban realmente preocupados del impacto del bienestar emocional sobre la productividad. Por su parte, un tercio de ellos habían señalado que iban a tomar medidas para crear un sentido de comunidad, conexión y pertenencia entre los empleados. Esto a través de herramientas digitales que les permitieran sobreponerse a los desafíos del cambio a trabajo remoto.

Una solución práctica y efectiva a este desafío está en ofrecer condiciones de trabajo híbrido. En las que el colaborador tenga la capacidad de determinar qué tareas hace mejor desde su propia casa. Así como en qué momentos requiere de un centro de trabajo para establecer una labor cooperativa.

El valor de las métricas en la vida laboral

El abrupto cambio en las dinámicas de la vida laboral y la necesidad de evaluar mejor las necesidades y condiciones de las personas colaboradoras exige conocerlas aún mejor que en el pasado. Según afirmaba “The Future of Jobs Report 2020”, el 40% de las competencias clave que poseen los trabajadores deberá actualizarse para satisfacer las demandas de los mercados laborales futuros. Los cuales se clasificarán principalmente en cuatro tipos: resolución de problemas, autogestión, trabajo con personas, y desarrollo y uso de tecnología.

En este sentido, para conocer mejor a sus colaboradores las empresas se enfrentan a la necesidad de invertir en mejores métricas de capital humano. Las cuales deberían combinarse con la rendición de cuentas.

Este tipo de acciones resultan trascendentales si se cumple lo que anticipa el informe “The Future of Jobs Report 2020”. El cual señala que las empresas podrían adoptar como estrategia laboral la reasignación interna de casi un 50% de los trabajadores. Los cuales podrían ser desplazados por la automatización, en lugar de prescindir de ellos como fuerza laboral.

El trabajador del presente y el futuro

No cabe duda que esta idea de la reasignación de la fuerza laboral, o más bien, la evolución de la fuerza laboral de una empresa, es viable. Pero solo si los empleadores le brindan a sus colaboradores las condiciones para que se vayan incluyendo al proceso de digitalización de las empresas.

Si, por ejemplo, se comprende que el pensamiento crítico y el aprendizaje activo están entre las habilidades más demandadas por las empresas en un horizonte al 2025, como lo establece el informe “The Future of Jobs Report 2020”, es fácil suponer que el proceso no es tan fluido si antes no existe un acompañamiento. El cual ayuda al colaborador a redefinir sus prioridades de capacitación para adaptarse a los nuevos cambios.

Estas condiciones para la evolución digital del colaborador pasan también por contar con la infraestructura adecuada. Esta infraestructura puede ser física, incluida la conectividad. Además de contar con los espacios adecuados para reuniones e intercambios, el acceso a áreas privadas exentas de ruido para poder concentrarse. O bien, infraestructura blanda como puede ser la cultura organizacional y la comunicación interna. Todos estos aspectos que suelen ser trascendentales para el éxito de los procesos de creación de capacidades, en ocasiones son pasados por alto. Pero por ello no dejan de ser de altísima relevancia.

Capacidades como el pensamiento analítico e innovación, el aprendizaje activo y las estrategias de aprendizaje. Así como la solución de problemas complejos, el liderazgo e influencia social, las habilidades tecnológicas, o la resiliencia y tolerancia al estrés, son destrezas y competencias para los trabajadores de hoy que tendrán cada vez mayor resonancia en el futuro.

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