Por: Daniel Villafranca, Director de Sostenibilidad de Portafolio Inmobiliario.
En la actualidad, nos enfrentamos a una emergencia planetaria sin precedentes. Los datos nos revelan la urgente necesidad de tomar medidas para abordar la crisis climática, la pérdida de biodiversidad. Así como la contaminación y otros desafíos que amenazan la sostenibilidad de nuestro planeta.
Cuando hablamos de la crisis climática, preocupan las cifras que indican la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos reporta 421 partes por millón (ppm) de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Muy por encima del umbral de seguridad climática de 350 ppm.
Antes de la revolución industrial, la concentración del dióxido de carbono en la atmósfera no había excedido las 280 ppm. Hoy sabemos que, si llegamos a 450 partes por millón, habremos perdido el juego superando la barrera de los 2 grados centígrados de calentamiento global. Esto tendría consecuencias catastróficas.
Además, según Living Planet Index, hemos perdido el 68% del tamaño de las poblaciones de mamíferos. Así como aves, peces, anfibios y reptiles desde 1970 a la fecha. Y, la Organización Mundial de la Salud alertó que el 99% de la población mundial respira aire contaminado.
Ante esta situación, es fundamental transformar nuestra preocupación en optimismo hacia el cambio y trabajar en acciones concretas. El camino hacia la sostenibilidad no solo es una responsabilidad y una respuesta necesaria ante los datos científicos. Sino, también, una oportunidad de desarrollo social y económico. La transición hacia una economía verde y sostenible puede generar empleos, fomentar la innovación y mejorar el bienestar de las personas.
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En este contexto, las empresas desempeñan un papel crucial. Tienen la capacidad de actuar con agilidad, impulsar cambios a través de la innovación, desarrollar productos y servicios que reduzcan la huella ambiental. También educar a las personas consumidoras y promover prácticas para la sostenibilidad en su cadena de valor.
La sostenibilidad exige repensar la forma en que las organizaciones se estructuran, toman decisiones y operan, cuestionando sus relaciones con el entorno y con las comunidades. Ello considerando las implicaciones ambientales y sociales en cada paso. En un mundo que cambia de forma tan acelerada y que tiene tantas dependencias con el capital natural, una organización que ignore los riesgos físicos y financieros del cambio climático, perderá participación en el mercado y pondrá en riesgo sus ventajas competitivas.
Sin embargo, el liderazgo no recae únicamente en las empresas. Sino también en los ciudadanos. Cada individuo puede contribuir mediante su participación. Ello entendiendo los planes locales, conformando comités comunitarios, ejerciendo un voto consciente y cuestionando el origen y los impactos de los bienes y servicios que consumen.
La colaboración entre la sociedad civil, el sector público y el sector privado es esencial en la búsqueda de soluciones sostenibles. La complejidad de los desafíos requiere la integración de diferentes disciplinas y perspectivas. Colocar sobre la mesa de discusión diversidad de opiniones y experiencias, permite identificar problemas desde múltiples ángulos, prototipar soluciones e implementarlas a gran escala una vez que han sido probadas.
Este proceso participativo solo es posible cuando está articulado por líderes con herramientas para gestionar la transformación. E impulsar competencias que permitan alcanzar los objetivos en común. Líderes con claridad y con los modelos mentales apropiados para tener las conversaciones difíciles.
En los últimos cinco años, con la implementación de nuestra Estrategia de Sostenibilidad, en Portafolio Inmobiliario se han producido muchos cambios significativos. Hemos promovido un proceso de alineamiento organizacional. Fortaleciendo el propósito de nuestra empresa y fusionando nuestra estrategia de negocio con la estrategia de sostenibilidad. Este enfoque ha provocado cambios profundos en nuestra cultura. Y en nuestra definición de éxito y en la forma en que diseñamos, construimos y operamos nuestros proyectos.
Estamos claros que este es apenas el inicio de una transformación que involucra a muchas personas. Nos falta mucho camino por recorrer. Pero ilusiona el avance de estos últimos años y el potencial que todas y todos tenemos para impactar positivamente nuestro entorno.
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