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Por: Guillermo Rodríguez, experto en derecho en Propiedad Intelectual de Nassar Abogados.
Las pymes han tenido gran aceptación en la sociedad. Y han sido fuertes generadoras de empleo. Esto incluso en tiempos de dificultad económica, a causa de la pandemia. Sin embargo, se evidencia que tienen un gran reto: fortalecer su presencia en el mercado a través de la propiedad intelectual.
El próximo 26 de abril se celebra el Día Mundial de la Propiedad Intelectual (PI). Esto en un contexto donde la recuperación económica se plantea como una necesidad imperiosa.
Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, esta conmemoración arroja luz sobre el papel fundamental de las pymes en la economía. Así como el modo en que estas pueden utilizar sus derechos de PI para crear empresas más sólidas, competitivas y resistentes.
Las pymes surgen de una idea que posteriormente van tomando forma y generan una empresa. Sin embargo, los co-creadores deben cumplir una serie de normas para evitar que otras compañías reproduzcan la misma propuesta.
La propiedad intelectual se divide en dos. Derechos de Autor que hace referencia a obras artísticas o literarias por ejemplo libros y pinturas. Pero que en la práctica también incluye software, diseños y artes de productos. Y la Propiedad Industrial que corresponde a marcas, patentes y diseños industriales.
La propiedad intelectual no concede un derecho de usar, sino que otorga un derecho de defensa. Esto para evitar que terceros copien la idea. Por esta razón, es un reto importante que deben tener en cuenta las pymes, y tomar acciones al respecto.
En el caso de derechos de autor es sumamente útil contar con un documento oficial que demuestre y pruebe que la obra es propiedad de su autor. Sin esto, se vuelve muy complejo demostrar la titularidad.
Sucede lo mismo en la propiedad industrial, si no se registra la marca el diseño industrial o la patente no obtiene el derecho a defenderla. Y cualquier otra persona podría usarla. Ante esta situación, la defensa de la marca se vuelve más difícil, onerosa y lenta. E incluso, revertir una situación como esta puede tardar hasta cuatro años o más.
Otra ventaja de aplicar este derecho, es que se puede utilizar como una herramienta de negocios. A través de la cual, al tener dos marcas registradas, una principal y otra secundaria, podría dar una licencia a esta última para que otra persona la explote. De esta forma, podría generarle un ingreso adicional solo por el uso por parte de un tercero.
En el país existen cuatro leyes que amparan la Propiedad Intelectual:
Asimismo, la Constitución Política establece en el artículo 47 que todo autor, inventor, productor o comerciante gozará temporalmente de la propiedad exclusiva de su obra, invención, marca o nombre comercial, con arreglo a la ley.
Existen diversos daños que pueden sufrir las pymes al no registrar sus negocios en propiedad intelectual. Algunos son: robo o copia de sus productos o marcas (inclusive de los mismos clientes), demandas judiciales por infracciones de derechos de terceros. Así como la necesidad de generar rebrandings.
Es necesario conocer los requisitos que deben cumplir las compañías para realizar el debido proceso a este derecho.
Esto va a depender mucho del tipo de activo que quiera registrarse. Pero con que ya lo tenga desarrollado puede empezar a protegerse. Lo importante es definir una estrategia previa a colocar el producto/servicio en el mercado.
Costa Rica todavía tiene retos importantes en esta materia. Se debe mejorar el financiamiento de ideas originales y el acompañamiento en procesos de innovación para hacer más cultura y conocimiento de propiedad intelectual.
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