Pobre educación, desnuda y desprotegida

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Rocío Solís, experta en temas de niñez y adolescencia

Por: Rocío Solís, experta en temas de niñez y adolescencia.

Era lo que suponíamos quienes hemos trabajado en este sector, pero el último Informe del Estado de la Educación lo confirmó. La educación costarricense ha quedado desnuda frente a todos. Se le cayeron los últimos harapos que le quedaban puestos. Es cierto, que se le ha abandonado desde hace muchos años. Pero el reciente informe señala que el gobierno hizo “borrón sin cuenta nueva” a políticas educativas.

Ahora es muy fácil echarle la culpa a la pandemia, pero este grandísimo rezago es culpa más bien de los políticos y las personas que han estado dirigiendo el Ministerio de Educación Pública. Quienes han llegado olvidan que existe una Ley Fundamental de Educación que sigue vigente. Que fue hecha por hombres visionarios que amaban esta patria. Además que deseaban que todos los ciudadanos tuvieran una formación de primera calidad.

Así fue por muchos años, pero luego los políticos entendieron que no era tan fácil engañar a un pueblo educado. Por ello, temas importantes y trascendentales se hicieron a un lado y su lugar fue ocupado por tendencias de moda u ocurrencias de quienes llegaron a ocupar la silla más importante del MEP. Esta es la que requiere más bien de mentes pensantes.

Desgraciadamente, nuestros niños dejaron de aprender a leer y escribir. Mucho menos de entender lo que pasaba a su alrededor. Porque, de esa manera, se evitaban futuros adultos que cuestionaran, que socializaran, que se solidarizan con el resto e hicieran consciencia del daño ambiental y otros problemas que carcomen al país. Es más fácil tener un pueblo domesticado, sin pensamiento crítico, que crea todo lo que se le dice.

Educación en el abandono

Insisto, nuestra Educación no cayó en el abandono durante la pandemia. Ahí se desplomaron sus bases ya minadas. No ha habido ni hay interés ni la fuerza que se requiere para levantarla y volverla al sitio de privilegio que hace años gozó.

¡Costarricenses! Hoy nos asombramos de cómo estamos, pero eso no es suficiente. Es hora de actuar y exigir que los programas de estudio se retomen. De enseñar a los niños a leer y escribir desde muy pequeños. Que los estudiantes sean capaces de analizar textos y entender la realidad, tal y como ocurría antes.

Hay aspectos del pasado que nunca debieron ser desechados por una disque modernidad y facilismo en la educación. Estamos ante un reto con la tecnología. A un clic nuestros niños y jóvenes encuentran las respuestas, los resúmenes de libros y hoy la inteligencia artificial les resuelve todo lo que pidan. No es que me oponga a estos avances, tampoco los quiero satanizar. Pero considero que no es bueno que esta facilidad haga que los estudiantes ni si quiera entiendan que tienen capacidad para escribir, leer. Además de comprender, hacer un resumen.

Las universidades públicas y privadas que imparten la carrera de Educación también tienen una obligación ante la sociedad. Deben hacer una exhaustiva selección de las personas que se quieran preparar para realmente educar. Asimismo, deben de actualizar los programas de la carrera e incluir técnicas de manejo de aula y conocimiento de la población con la que van a trabajar. Urge tener docentes que no enseñen a repetir. Al contrario, que enseñen a comprender y que a la vez sean empáticos con esos niños y adolescentes que les son encomendados.

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