País debe apostar a proveedores de granos básicos responsables con el ambiente

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País debe apostar a proveedores de granos básicos responsables con el ambiente

Por: Juan Carlos Sandoval, gerente general de La Maquila Lama.

El cultivo tradicional de arroz, así como otros granos básicos, si no se realiza bajo buenas prácticas, puede implicar altos niveles de consumo de agua. Además de uso intensivo de pesticidas y emisión de gases de efecto invernadero, especialmente por el tipo de riego continuo que se utiliza en muchas regiones.

Se estima que para producir 1 kilogramo de arroz se requieren aproximadamente 2,500 litros de agua.

No obstante, algunos de los países de los que Costa Rica importa arroz han comenzado a implementar técnicas más respetuosas con el ambiente. Entre ellos:

  • Uruguay se destaca por el uso de represas propias que no compiten con el agua potable, además de aplicar rotación arroz-ganadería que mejora el suelo y reduce emisiones.
  • Estados Unidos, especialmente en California y Arkansas, ha desarrollado tecnologías como el riego alternado seco-húmedo (AWD), sensores inteligentes y conservación del suelo.
  • Brasil y Argentina presentan avances parciales, aplicando siembra directa, rotación de cultivos y agricultura de precisión en algunas regiones, aunque persisten zonas con prácticas convencionales.

Por ello, el país debe apostar a proveedores de granos básicos responsables con el ambiente. El objetivo: contribuir a la protección de los recursos naturales y al bienestar de las futuras generaciones.

Los frijoles, garbanzos y otras leguminosas y granos básicos, por el contrario, tienen un perfil ambiental más positivo. Estas semillas requieren menos agua, no generan gases de efecto invernadero como el metano y tienen la capacidad de fijar nitrógeno en el suelo. Con ello, mejorando la fertilidad y reduciendo la necesidad de fertilizantes químicos.

Sostenibilidad en granos básicos

En países como Canadá, principal proveedor de garbanzos y lentejas, se promueven sistemas de agricultura regenerativa y manejo sostenible del suelo. Mientras que, en Centroamérica y Sudamérica, la rotación de cultivos y la siembra directa son cada vez más comunes en el caso de los frijoles.

La sostenibilidad debe formar parte de cada decisión en la cadena de abastecimiento. Cada consumidor tiene derecho a saber de dónde viene lo que consume y qué impacto tiene.

El camino hacia una producción sostenible es colectivo. Y, como país importador, Costa Rica también tiene un rol fundamental al seleccionar proveedores comprometidos con el ambiente.

Durante junio, el llamado es claro: valorar el origen de los alimentos y dar un paso más allá del consumo, hacia una cultura de compra consciente.

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