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Por: Efraín Miranda.
Secretario Ejecutivo de Conape.
La crisis ocasionada por esta pandemia, plantea el desafío de replantearnos y de valorar la forma en la que hemos venido actuando como personas. Así como empresas, instituciones y sociedad en general y nuestra formación.
Todos los sectores productivos del país, han tenido que adaptarse a esta nueva realidad y tomar decisiones. Esto para evitar un mayor impacto negativo en nuestro entorno.
La educación, es uno de los sectores que ha debido enfrentar grandes retos y replanteamientos. Esto para minimizar el retraso académico de miles de estudiantes. Particularmente, desde la educación superior universitaria, se han tenido que realizar grandes esfuerzos. Porque sería un enorme retroceso para el país paralizar el conocimiento y la formación de nuevos profesionales.
Para nadie es un secreto que vivimos una crisis sin precedentes. Donde la economía se ha visto seriamente golpeada. Tenemos un alto nivel de desempleo que llega a un 18,7%. Y sufrimos una crisis sanitaria que mantiene en vilo a las autoridades de salud y a todos los sectores productivos.
Lo anterior, ha desestabilizado la economía de miles de familias. Muchas de las cuales, han tenido que recortar gastos y priorizar sus reducidos ingresos. Esto, ha tenido un impacto negativo en la educación superior universitaria. Porque muchos jóvenes han tenido que suspender temporalmente su formación, a la espera de un mejor escenario para reanudar sus estudios.
Afortunadamente, el país cuenta con el crédito educativo. Una herramienta que le ha permitido a miles de jóvenes, cumplir su meta de convertirse en profesionales. Y, en medio de esta coyuntura, se plantea como una enorme oportunidad para quienes no cuentan con recursos propios, que les permitan financiar su carrera.
Sabemos que el panorama es complejo. Por eso en Conape, como entidad que promueve el acceso a la educación superior, nos hemos enfocado en buscar soluciones y alternativas. Esto para que no se detenga la formación de profesionales en el país. Ya que tenemos claro que eso sería detener el desarrollo y el progreso social.
Por eso, desde marzo del año pasado, cuando se registró el primer caso positivo de Covid-19 en el territorio nacional, Conape atendió el llamado del Gobierno para ofrecer mejores condiciones de financiamiento a sus clientes.
En ese momento, flexibilizamos las condiciones contractuales de los préstamos vigentes en etapa de cobro. Siempre con el fin de ofrecer alternativas a los afectados por la coyuntura. Redujimos la tasa de interés a 5,5%. Y establecimos prórrogas o extensiones en el plazo de los créditos.
Vivimos tiempos difíciles, como sociedad. Y no nos queda más que ser empáticos y solidarios. Es momento de buscar soluciones y no de poner trabas. Es la hora de explorar alternativas. De establecer prioridades. Y de generar condiciones para que los jóvenes sigan estudiando y sean los profesionales con los que el país contará.
Si de algo estamos seguros desde Conape, es que paralizar la formación de profesionales sería negativo para el país. Y sólo vendría a agudizar la crisis económica nacional.
Por eso, aplaudimos todas las acciones que a nivel nacional, se han implementado desde las diferentes instituciones y sectores. Esto para fomentar la continuidad en la formación académica. Pero instamos a todos los actores en esta materia, a seguir promoviendo estrategias en pro de la formación profesional.
Sigamos luchando, para que ningún estudiante deba postergar sus estudios, y menos en crisis como la que vivimos.
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