No caer en compras compulsivas en Navidad que afecten luego sus finanzas
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Por: Danilo Montero, director general de la Oficina del Consumidor Financiero (OCF).
Con la entrega del aguinaldo y el inicio de la época navideña, muchos esperan disfrutar de las festividades y realizar compras para celebrar. Sin embargo, hay riesgos financieros que pueden derivarse de las compras compulsivas durante esta temporada.
Aunque la llegada del aguinaldo representa una oportunidad para adquirir lo que se desea, las emociones y las promociones típicas de estas fechas pueden llevar a las personas a gastar más de lo que tienen previsto. Con ello, afectando su bienestar económico a largo plazo.
Nosotros mismos podemos ser nuestro principal enemigo en cuanto a sacar el mayor provecho a las platas de esta época. Las compras compulsivas o impulsivas están directamente relacionadas con el placer que el cerebro asocia al acto de gastar.
Diciembre es una época en la que las personas tienen más dinero en mano y el ambiente festivo genera un estímulo adicional para disfrutar. Esto puede convertirse en un arma de doble filo si no se tiene cuidado, ya que ese placer momentáneo puede transformarse en estrés financiero al inicio del próximo año.
Es importante identificar comportamientos que indican un patrón de compras compulsivas. Por ejemplo, adquirir artículos que no se necesitan, notar un incremento significativo en el saldo de las tarjetas de crédito “sin darnos cuenta”. También sentir una satisfacción momentánea que desaparece rápidamente, generando la necesidad de volver a gastar. Estos son signos claros de que las emociones están dominando las decisiones financieras.
Instamos a la población a tomar medidas para evitar caer en estos comportamientos. Para ello, se pueden seguir las siguientes recomendaciones:
El mayor error financiero en esta temporada es salir a gastar sin una idea clara de lo que realmente se necesita, y sin calcular cuánto dinero hay disponible. Es como emprender un viaje sin conocer el destino ni verificar cuánto combustible hay en el tanque, lo que inevitablemente llevará a problemas en el camino.
Disfrutar de las festividades no tiene por qué estar reñido con una gestión responsable del dinero. Al priorizar las emociones que generan bienestar a largo plazo, como la tranquilidad de ahorrar para un objetivo claro, las personas pueden cerrar el año con finanzas equilibradas y empezar el próximo con mayor seguridad económica. Esto a su vez consolidará un hábito que se reforzará cada año.
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