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Por: Jeannette Zúñiga, decana Facultad de Nutrición de Ucimed.
Estaba leyendo y buscando información para mi clase “Ámbitos de Acción del Nutricionista”. Me encontré con teorías y datos interesantes sobre el papel de las mujeres en la prehistoria. Por lo general, se habla de la mujer en la reproducción y en los espacios domésticos. Por ejemplo, cuido de los niños, preparación de alimentos e indumentaria y el mantenimiento del fuego.
Sin embargo, entre los artículos que leí, algunos constatan que las labores de caza, también fueron realizadas por mujeres. Eso pone en evidencia que esa capacidad para adaptarse, reinventarse y hacer lo que sea por la sobrevivencia de sus seres queridos, no tiene límite. Además, de que ha estado presente desde la prehistoria, porque lo llevamos en nuestro ADN.
A propósito del mes de la mujer, la poca evidencia antropológica y arqueológica para identificar claramente los roles de hombres y mujeres en la prehistoria, me hace también pensar en las muchas mujeres valiosas y brillantes, que han sido invisibilizadas en la historia de la humanidad.
A lo largo de mi vida, he escuchado de mujeres como Madame Curie. Además de Coco Chanel, Amelia Earhart, Malala Yousafzai, Sor Juana Inés de la Cruz. También como Yolanda Oreamuno, Emilia Prieto, María del Milagro París y muchas más. Pero también, deben estar en esta lista aquellas que lo merecen. Como mi abuela materna a quien no conocí, pero le tengo una gran admiración. Ella, quedó viuda muy joven, sin pensión, con pocas redes de apoyo y, aun así, logró sacar adelante a sus 5 hijos.
Pienso en todas las mujeres que luchan y le aportan a esta sociedad. Esto desde cualquier oficio o profesión. Pero que, lamentablemente, su labor queda invisibilizada.
En el mes de la mujer, extiendo mi respeto a aquellas pioneras en profesiones que, hasta hace poco, fueron consideradas para hombres. Bomberas, policías, ingenieras, economistas. Pero también, pienso en las que, como yo, se inclinaron por una profesión considerada, erróneamente, como solo para mujeres.
Como nutricionista y, además, como mujer, he vivido esa lucha constante para dignificar el aporte de nuestra hermosa profesión. Y para desmitificar esa errada percepción de que solo hacemos dietas y ayudamos a perder peso.
Tenemos el gran reto de visualizar el papel de la nutrición, en todo su potencial. Esto empezando por entender la alimentación de las familias, como una tarea que no es exclusiva de mujeres.
Además, luchamos por visibilizar nuestro aporte como nutricionistas a la sociedad y a la salud de las personas. Es importante entender que la nutrición va desde la cosecha, distribución, selección y preparación de los alimentos, hasta la educación. Así como desde la atención a las personas que tienen alguna enfermedad, la investigación y la innovación de productos alimenticios y políticas de salud.
Esa lucha de nuestra profesión, puedo compararla con la que, durante años, hemos liderado las mujeres para visibilizar nuestro potencial, capacidades y labor.
Las mujeres, en general, tenemos el reto de reclamar mayor participación en la sociedad. Así como de sensibilizar sobre la relevancia de lo que hacemos, para promover la salud de las personas.
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