Programa gratuito de sostenibilidad para pymes abre periodo de inscripción
Por: Verónica Ureña, gerente de Seguros Corporativos de WTW.
En un mundo cada vez más propenso a eventos climáticos extremos, la protección de nuestros hogares y seres queridos se convierte en una prioridad ineludible. Costa Rica, con su vulnerable ubicación geográfica, no está exenta de los riesgos asociados con desastres naturales. Además, son múltiples las causas y circunstancias que podrían originar un devastador incendio.
La expresión “nadie la ve venir hasta que baila con ella“ es una metáfora que se utiliza para describir situaciones en las que las personas no anticipan o comprenden completamente una situación hasta que están directamente involucradas en ella. A veces, las dificultades o los desafíos pueden sorprendernos. Solo cuando estamos “bailando con ellos“; es decir, enfrentándolos o lidiando, realmente entendemos su magnitud o complejidad.
Lamentablemente, muchos de los que vivieron una situación de pérdida o de afectación de su casa, su negocio o su salud, no tenían seguros que les diera la protección y tranquilidad para salir. Tras un evento catastrófico, se suele perder todo o un inesperado problema de salud.
La falta de conciencia sobre la importancia de los seguros y la escasa educación financiera pueden contribuir a que las personas no tengan dentro de su plan financiero estas coberturas. Algunos factores culturales y sociales, como la percepción de que el gasto en seguros es innecesario o un lujo, pueden influir en la actitud de la población hacia la no protección con ellos.
Los seguros ayudan a prevenir pérdidas económicas catastróficas. Las cuales podrían tener un impacto significativo en la estabilidad financiera de una persona o familia. Protegen los activos y proporcionan una red de seguridad en momentos de crisis.
Hay que tener en cuenta que, en la incertidumbre de la vida, un seguro confiable es el refugio que brinda la tranquilidad que todos buscamos. Ello en los diferentes ámbitos. Por un lado, están las catástrofes naturales y accidentes que no podemos prever. Y, por otro, está la salud y el bienestar.
Yo puedo creer que soy demasiado cuidadosa con la seguridad de mi casa, pero los accidentes ocurren en cualquier momento. Una travesura de algún miembro de la familia. Un circuito eléctrico. Una mala manipulación de materiales inflamables. o un descuido vecinal. Todo ello puede dejarme sin el hogar que tanto sacrificio y trabajo ha costado.
Terremotos. Costa Rica se encuentra en una zona sísmica activa, lo que aumenta el riesgo de terremotos. Estos eventos pueden tener consecuencias devastadoras para las estructuras y la seguridad de las personas. De hecho, en el 2022 se sintieron más de 150 movimientos telúricos y al 05 de diciembre de 2023, se han registrado más de 143 temblores.
Inundaciones. En Costa Rica las fuertes lluvias y huracanes provocan ahora con mayor frecuencia cabezas de agua y el desbordamiento de ríos, incluso, inundaciones donde antes no las había, representando un peligro significativo para las comunidades, sus hogares y las infraestructuras en general.
Deslizamientos de tierra. La topografía montañosa de Costa Rica hace que los deslizamientos de tierra sean una amenaza constante durante nuestra extendida época lluviosa que pone en riesgo las casas y las personas, como ya lo hemos visto. La Comisión Nacional de Emergencia señala que “En Costa Rica, al menos el 60% del territorio es vulnerable a deslizamientos. A julio de 2022 habían más de 880 incidentes por deslizamientos”.
Incendios estructurales. Según la información de Bomberos de Costa Rica, se registraron 1,153 incendios estructurales en 2020, 1,106 en 2021, 940 en 2022 y a noviembre de 2023, se han reportado 951 incendios estructurales atendidos por ellos.
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