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Por: Dr. José Sprok Tromp, decano de Medicina de Ucimed.
Cuando hablamos de listas de espera, es probable que solo pensemos en números. Pero el problema se dimensiona cuando entendemos que no se trata de cifras, si no de personas. Es decir, de seres humanos esperando un examen, un procedimiento, una consulta o una cirugía.
Han sido múltiples los planes y el personal que se ha propuesto para reducir las listas de espera. Pero, hasta hoy, no se han dado resultados efectivos. El costo de esta espera es muy alto emocionalmente para los pacientes y familiares. También muy alto económicamente para la CCSS.
A mayo de 2021, las listas de espera entre consulta externa, cirugías y procedimientos, ascendía a las 600 mil personas. En el caso de consulta externa, las especialidades por las que más personas esperan, son: oftalmología, ortopedia y urología. Mientras tanto, en el caso de las cirugías, la mayor cantidad de rezago está en las cirugías generales. Así como las de oftalmología y las de ortopedia. El panorama es igual de desalentador, para los ultrasonidos generales, gastroscopías y ecocardiogramas.
Se trata de una cruda realidad que se mantiene en la actualidad. Tanto así que recientemente la CCSS se vio en la necesidad de declarar emergencia nacional por las listas de espera.
Claro que es un problema de grandes magnitudes. Mi pregunta, como la de muchas personas, es ¿Cuándo se lograrán controlar las listas de espera? ¿Será que, por fin, veremos resuelto este problema?
Muchas son las causas de las listas de espera en la CCSS. En primera instancia, puedo mencionar la distribución que existe para la atracción de los pacientes hacia los tres hospitales principales. Así como la poca o nula cooperación entre centros médicos. Vemos, por ejemplo, centros quirúrgicos en diversos CAIS, que funcionan durante solo un turno. Además, lamentablemente en muchos de ellos existe una falta de protocolos en general.
La lista de causas es extensa, como extensa ha sido la espera de miles de pacientes. Los cuales siguen aguardando por una solución. Pero sabemos que el problema es realmente complejo.
Por cuestiones de espacio, no podría mencionar todos los factores que contribuyen para engrosar las listas de espera. Pero, destacan la restricción de prescripción de ciertos medicamentos por médicos generales. Además del trabajo administrativo endosado a los profesionales en salud, y los turnos de enfermería que no calzan con los horarios médicos, en salas de operaciones. También el inicio tardío y finalización temprana de la jornada laboral y la tardanza entre la atención de pacientes.
Además, la no accesibilidad de anestésicos de última generación, la falta de planificación de insumos, la alta tasa de incapacidades del personal. Así como la existencia de equipos obsoletos, la caducidad de los exámenes de laboratorio, previo a la cirugía o procedimiento. De igual forma, la falta de utilización de tecnología e inteligencia artificial. Y, entre otras tantas causas más, las manifestaciones y huelgas.
Durante muchos años, laboré para el sistema de salud pública. Desde mi experiencia, estoy convencido de que la solución inicia con un buen liderazgo. Es necesario motivar al personal a cargo y dejarles bien claro cuáles son los objetivos y las metas establecidas.
La CCSS debe buscar siempre la eficacia, eficiencia. Sobre todo, la efectividad dentro de la institución.
Los líderes de nuestra seguridad social deben recordar que las listas de espera tienen un enorme impacto en los pacientes. Cuya salud se agrava durante lo que, más que una espera, parece un viacrucis. Son muchas las personas que se enfrentan a la triste realidad.
Cada minuto que se pierde, se pierde para siempre. Se debe tener claro que el sistema de salud es uno e incluye tanto lo público como lo privado. Hay sobre demanda a nivel público y capacidad ociosa a nivel privado. Por ello, podríamos pensar en la gran alternativa que representan los convenios público-privados dentro de la ecuación de soluciones para las listas de espera.
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