Abren convocatoria de cofinanciamiento para desarrollo de talento humano
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Por: Lic. Christopher Stephenson Peñaranda – stephenson23@gmail.com. Docente Universitario- Gestor de compras públicas
Para la sociedad contemporánea, el trabajo es una fuente de auto realización y dignidad, a su vez es un medio para el cumplimiento de metas y objetivos personales con el fin de satisfacer necesidades de un sector productivo. Sin embargo, el entorno laboral no siempre es el ideal, existen escenarios donde las cargas laborales son extenuantes y desequilibradas para ciertos colaboradores. De hecho, es común escuchar que los trabajadores experimentan sobrecarga de funciones, altos niveles de estrés y asumiendo responsabilidades de algo calibre, mientras tanto, algunos trabajadores tienen tiempo de ocio excesivo, menos responsabilidad, mejores salarios y ciertos privilegios; evidenciando un entorno de contrastes.
Por muchos años los trabajadores han tolerado este contexto por diversos motivos, como la cultura de sobrevivencia, el miedo a represalias y la necesidad de mantener un trabajo. Gracias a la globalización, las redes sociales y a la modificación de la legislación laboral, estás prácticas comienzan a cambiar, pero aún queda mucho por hacer en materia de justicia y equidad laboral.
Se vive en una era de constante transformación digital e hiperconectividad. Las redes sociales han marcado un nuevo modelo en el trasiego de la información. Tal fue el caso acontecido en el 2021 en la red social Tik Tok, donde la ”tiktoker” tal a como se hacen llamar los creadores de contenido de dicha red, Stephanie Mehta, publicó un video en su perfil, expresando su experiencia al renunciar de su trabajo sin avisar a su jefatura. El video se viralizó y tomó mucha fuerza, convirtiéndose en un fenómeno cultural. En el fragmento la joven manifiesta la insatisfacción y frustración en su trabajo, alegando que no era valorada, ante este escenario decide renunciar silenciosamente, para evitar el roce y el drama. Sencillamente cesó la asistencia al trabajo y no respondía correos ni llamadas de su encargado.
A raíz de ese video, muchas personas en todo el mundo se identificaron con la situación de inconformidad laboral que Mehta describía. El término “renuncia silenciosa” se popularizó a partir de ese momento.
Este dato es interesante porque, muestra que la renuncia silenciosa es un fenómeno que se puede dar en muchos ámbitos laborales y en cualquier parte del mundo. Las situaciones que afectan el rendimiento y satisfacción laboral pueden dañar la autorrealización y la motivación de los trabajadores, lo que puede conducir a la renuncia silenciosa.
Apelando a la idealidad, el área de Recursos Humanos, los coordinadores y altos mandos, deberían velar por la implementación de políticas para fomentar el crecimiento sostenible del negocio; sin embargo; en comparación al reflejo de la realidad promedio de los trabajadores, esto se convierte en una utopía. Dado que el desarrollo holístico del colaborador no es una prioridad en la gestión empresarial. En buena teoría, el éxito financiero debería ser igual de relevante que el bienestar, fidelidad y desarrollo del personal. Esto será posible a medida que la administración dirija esfuerzos en pro de la felicidad de los suyos; más allá de un recordatorio para el cumpleaños.
Lastimosamente esa no es la generalidad, sino la excepción; a raíz de esta realidad, cada día es más común la práctica de la renuncia silenciosa. Independientemente del conocimiento teórico del concepto, las acciones tomadas por muchos trabajadores bajo estas condiciones desfavorables son un reflejo práctico del término, Desde un punto de vista epistemológico, se puede definir en dos distintas aristas; en términos generales, según consulta generada a la inteligencia artificial generativa Bard (2023), indica lo siguiente:
“La renuncia silenciosa es un fenómeno en el que un empleado deja su trabajo sin avisar a su jefe o a la empresa. Esto puede hacerse de varias maneras, como simplemente dejar de ir a trabajar, dejar de responder a las llamadas y los correos electrónicos, o simplemente bloquear a su jefe y a sus compañeros de trabajo en las redes sociales.”
Esto es congruente con lo relacionado al famoso video, donde sencillamente comenzó a desligarse de sus tareas hasta llegar al punto del abandono. Realizando un análisis más profundo en el tema, se podría deducir que actuar de esta forma no es lo más recomendado, pues se estaría incumpliendo varios deberes como trabajadores; por ende, esto posiblemente no culmine en una “renuncia silenciosa”, si no en un despido sin responsabilidad patronal.
Ahora bien, desde otro ángulo, la otra modalidad de renuncia silenciosa es más llamativa y escuchada recientemente, al hacer hincapié en un cese paulatino y sostenido de responsabilidades, es decir, no realizar tareas o funciones más allá de las contratadas, en palabras populares “no dar la milla adicional” o “ponerse la camiseta” como lo llaman algunos, en el caso cuando estás iniciativas no son valoradas o remuneradas, Bard (2023), menciona:
Sí, también existe este tipo de renuncia silenciosa. En este caso, el empleado no renuncia formalmente a su trabajo, pero simplemente deja de dar lo mejor de sí. Esto puede manifestarse de varias maneras, como:
Esto es una práctica que va en aumento, dado que muchos trabajadores viven situaciones de sobrecarga de labores, remuneraciones desproporcionales, desmotivación, mal ambiente laboral, estancamiento profesional, entre otras. Según una publicación realizada en junio de 2023 en el medio Semanario Universidad, los datos obtenidos en la Investigación de la firma WTW arroja que 83% de la fuerza laboral sufre en la actualidad de estrés y agotamiento, y especialistas señalan que esto empeoraría con una ampliación de las jornadas de trabajo. Esto haciendo mención del proyecto de ley 21182 que pretende modificar los artículos 136, 142, 144 y 145 del Código de Trabajo, para aprobar la modificación de la jornada de trabajo con la inclusión de dos nuevas modalidades: la jornada de doce horas y la jornada anualizada.
Datos del mismo estudio, fundamentado en La Encuesta de Diagnóstico de Bienestar respondida por un 1 000 000 de empleados y 410 empleadores con operaciones en Centroamérica, El Caribe, México, Argentina, Colombia, Chile y Brasil, se dio a conocer lo siguiente:
Entre los principales hallazgos que arroja el documento se destaca que:
Factores como los anteriores pueden desencadenar reacciones de renuncia silenciosa. Los colaboradores con altos niveles de insatisfacción y poco reconocimiento, pueden limitarse a cumplir con sus funciones básicas, sin valor agregado, sin compromiso genuino. Sin embargo, siguen cumpliendo con sus obligaciones y horarios establecidos para no incumplir. Dejan de lado las tareas o acciones sobresalientes o adicionales, conscientes de que su esfuerzo y dedicación difícilmente se verá reflejado en recompensas económicas, emocionales o profesionales.
En este momento entra en la ecuación la gran responsabilidad de los empleadores y lideres en generar sinergias y acercamientos estratégicos con los departamentos de Gestión del Talento Humano y áreas afines, para identificar, atender y disminuir estos casos.
Además, resaltar la necesidad de implementar iniciativas con gran impacto positivo en los colaboradores, que no requieren mayor erogación de dinero, sin embargo, si requieren de disposición e interés real en el personal, la remuneración económica siempre será fundamental y necesaria, sin embargo, existen diversas formas para motivar al colaborador.
Las empresas pueden tomar una serie de acciones para abordar la renuncia silenciosa, entre ellas:
Se dice en la generalidad que un colaborador feliz generará bienes y servicios de calidad. Por lo tanto, es de suma importancia prestar atención al estado integral del personal; para optimizar el clima laboral y mejorar el cumplimiento de objetivos estratégicos.
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