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Por: Tania Jiménez – tania@taniajimenez.org
Esta semana en un taller que estaba dando, les recordé que la conversación más honesta debe ser con nosotros mismos. Porque si no nos vemos y analizamos sinceramente, en ¿qué momento vamos a buscar mejorar? ¿cómo nos vamos a dar cuenta si estamos haciendo algo mal?
Además, hay que añadir que siempre es más sencillo ver lo que otros deben hacer y decir, pero respecto a nosotros, caemos en punto ciego.
Es decir, nos volvemos expertos en juzgar a otros sin ver nuestro techo de vidrio.
El ejemplo claro es que, en el Mundial, todos nos convertimos en entrenadores y árbitros de cada partido. Sin estar en la cancha, tenemos distintas opiniones de lo que deberían hacer.
Esta ceguera sistemática se da en distintos ámbitos, la familia, el trabajo, las relaciones, etc…
Así que, para evitar, no entender a otros y buscar vernos a nosotros, es tan sencillo como cambiar de lugar, aunque sea mentalmente, es decir tener “empatía”.
Y aprovechar para vernos a la distancia, y como la única persona que podemos cambiar es a nosotros mismos, pues decirnos con amor lo que debemos mejorar.
Con el fin de ayudarnos a ver si estamos teniendo una ceguera en alguna área específica, les dejo estas preguntas.
Recordemos que el verdadero cambio siempre empieza con nosotros mismos.
“Ni siquiera el mejor explorador del mundo hace viajes tan largos como aquel hombre que desciende a las profundidades de su corazón”. – Julien Green
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