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Por: Irene Salas, Consultora de Grant Thornton.
En la actualidad, el mundo de las finanzas se encuentra en dinamismo, y la integración de la sostenibilidad se presenta como una estrategia para alcanzar un crecimiento a largo plazo y poder gestionar los riesgos eficazmente. Las finanzas sostenibles son aquellas practicas definidas bajo los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).
Los inversores conscientes utilizan los criterios ESG para poder valorar potenciales inversiones, ya que estas reflejan cómo una compañía actúa en cuanto al futuro del planeta. Estos criterios abarcan aspectos desde cómo las compañías protegen el medio ambiente y las comunidades, hasta cómo gestionan su gobierno corporativo. Los inversores también buscan adquirir las acciones de compañías que pueden demostrar mejoras en dichos criterios.
En cuanto a los criterios ESG:
Por esto, algunas prácticas que las empresas podrían aplicar son las siguientes:
Poner en práctica estos criterios trae consigo ciertos beneficios para la empresa. Los principales impactos son los siguientes:
A pesar de estos beneficios, la integración de la sostenibilidad en las finanzas enfrenta desafíos como la medición de la eficacia de la integración de los criterios ESG para alcanzar las metas. También, existe el blanqueo ecológico que consiste en declaraciones falsas sobre el cumplimiento de los criterios ESG. Además, los costos iniciales pueden ser significativos a corto plazo, aunque los resultados positivos pueden comenzar a ser visibles a largo plazo.
Para el caso de Costa Rica, el Colegio de Contadores Públicos Autorizados (CCPA), adoptó las Normas Internacionales de Información Financiera de Sostenibilidad (NIIF S1 y S2), como “Normas de divulgación efectivas y eficientes de información financiera” (CCPA, 2023). Por esta razón, las Normas NIIF S1 y S2 serán obligatorias (para el 2026 con información de cierre fiscal al 31 de diciembre del 2025) para aquellas empresas que tienen como obligación pública la rendición de cuentas y que están supervisadas por el CONASSIF. Esto también aplicará para empresas catalogadas como grandes contribuyentes ante el Ministerio de Hacienda (cuya norma será obligatoria para la información de cierre del 2026).
En resumen, integrar prácticas de sostenibilidad en las finanzas es esencial para un crecimiento sostenible y para alcanzar la gestión a largo plazo. A pesar de los desafíos, los beneficios obtenidos posicionan a las empresas en una ventaja competitiva y las encamina hacia el éxito.
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