Inflación y tipo de cambio: expectativas iniciales

Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D. Asesor empresarial, abogado, profesor e investigador.

Por: Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D, abogado y analista financiero.

La inflación, entendida como el cambio positivo de los precios corrientes de los bienes y servicios, así como el tipo de cambio, dado por la tasa de conversión de una unidad monetaria extranjera (dólar) para con su equivalencia en moneda nacional, son dos variables de especial interés en la dinámica económica de los mercados y de influencia en los actores económicos, tanto para personas físicas, así como jurídicas.

Al iniciar el presente año, y al menos con base en las primeras señales macroeconómicas, pueden establecerse algunas prospecciones iniciales, quizás más de corto plazo y desde un punto de especulación diligente, es decir, no deben tomarse como proyecciones fijas, sino más bien, deben considerarse como una eventualidad con una probabilidad razonable de ocurrencia.

Para efectos de la inflación y su comportamiento, es esperable su estabilidad en términos de la tasa misma, la cual es entendible se mantenga en niveles relativamente altos entre el 8% y el 9% incluso, esto pues, efectos tales como la reactivación económica, el consumo post pandemia y una caída en el valor del dólar, detallan ser elementos que parecen incidir, y que es esperable mantengan dicha tendencia en una temporalidad, al menos de corto plazo.

Esta tendencia repercute de forma directa en el incremento de precios finales al consumidor, además de observarse sus efectos directos en aspectos como los rangos del impuesto al salario, mismos que crecen precisamente, entre otras variables, por el efecto inflacionario, observando el movimiento de los escalafones tributarios hacia el alza, implicando que quienes devenguen rentas salariales menores a 941,000 colones se encuentran exentos del impuesto en cuestión. De igual forma las personas jurídicas cuyas rentas brutas no superen los 122,145,000 de colones anuales, no se encuentran sujetas al 30% de tasa impositiva a las ganancias, sino que aplican los rangos dados del 5% al 20% y de forma escalonada sobre su renta neta.

Adicionalmente, en función del tipo de cambio, y en lo que parece ser una correlación indirecta del efecto inflacionario, además de una inconsistente política intervencionista estatal, su tendencia ha sido hacia la baja, tema que detalla un impacto negativo en las ganancias por exportación, además de un incentivo bastante univoco a las importaciones. No obstante, y en función de la relativa macro-estabilidad, así como de una mayor demanda de dólares, es esperable, salvo intervenciones muy potentes de la autoridad económica estatal, una subida en la tasa cambiaria, en especial referencia a su comportamiento de corto plazo, donde incluso pueden observarse presiones hacia el incremento de este indicador y sus tasas relacionadas.

Es de interés indicar la correlación intrínseca entre la inflación y el tipo de cambio, la cual pareciera ser recíproca pero no lineal, pues al aumentar la primera parece darse una mayor demanda de monedas extranjeras, presionando así la tasa cambiara al alza, lo cual a su vez influye en los precios de bienes y servicios, detallando una referencia circular entre ambas variables.

Puede entonces señalarse, al menos en el corto plazo, lo que parece ser una relativa estabilidad de la tasa inflacionaria, pero con niveles altos de aumento en los precios finales pagados por el consumidor, y con posibles incrementos no exponenciales del tipo de cambio, precisándose así la cautela y el constante monitoreo de la dinámica económica como elementos de importancia en la gestión financiera personal y empresarial.

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