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Por: Luis Goncalves, presidente de Dell Technologies en Latinoamérica.
Durante las primeras semanas de enero, más de 50 jefes de Estado o de gobierno, así como 600 líderes de las principales empresas del planeta se dieron cita en Davos, como parte de un nuevo encuentro del Foro Económico Mundial. Grandes temas estuvieron sobre las mesas de discusión. Por ejemplo, apuntalar una economía global tambaleante. Impulsar acciones efectivas contra el cambio climático. La inclusión social y la lucha contra la pobreza. Y los avances han resultado relativos ante la emergencia mundial.
Entretanto, la juventud que comienza a incorporarse a la economía productiva y a la que, con seguridad, le tocará lidiar con los mayores efectos de la recesión global. Por ello, ya está dispuesta a asumir el desafío que el futuro le plantea. De acuerdo con un estudio de Dell a más de 15 mil jóvenes adultos (entre 18 y 26 años), casi la mitad (47%) estarían dispuesto a sobrellevar limitaciones económicas a corto plazo. Por ejemplo, como un menor crecimiento del PIB de sus países. Todo ello, si los responsables políticos invierten en una estrategia a largo plazo que promueva el crecimiento sostenible.
Estos indicadores son un llamado de atención para el liderazgo en las instituciones públicas y las organizaciones de todo el planeta. Y es que, para los jóvenes de la Generación Z, la tecnología es un habilitador del cambio social hacia el crecimiento económico. También una mejor provisión de los servicios de salud y educación, y entornos más inclusivos y sostenibles. Esto quedó claro en la opinión de los más de 15 mil jóvenes consultados. Tuvieron participaron representantes de Brasil y México.
Para la Generación Z, los desafíos del futuro tienen prioridades claras.
La generación Z es bastante crítica a la hora de valorar la gestión de las instituciones de gobierno. Así como de la clase política ante estos desafíos del futuro. En este sentido, la confianza de la Generación Z en que las inversiones del sector público generarán una economía floreciente dentro de 10 años se muestra dividida. Un tercio de la muestra mundial (32%) tiene poca o ninguna confianza. Mientras que el 38% está indeciso. El 29% restante manifiesta una confianza alta o total.
Estás tendencias muestran matices según las regiones del mundo. Mientras que Brasil es el país con escasa o ninguna confianza ante las instituciones de gobierno y los políticos por parte de la juventud (49%). Por su parte, los jóvenes de Singapur (56%) y Corea (41%) manifestaron una alta o total confianza en sus instituciones políticas y gubernamentales.
Para la Generación Z, la recuperación económica global en un futuro digital también exige un compromiso de las instituciones públicas con la ciberseguridad. Más de la mitad (56%) de los consultados, considera que existe la necesidad de legislaciones sólidas en sus países. Además de una mayor inversión en ciberseguridad para proteger las infraestructuras nacionales. Así como garantizar que las empresas privadas cumplan con estándares estrictos. Para que esto suceda y para mejorar la confianza en los gobiernos, el 38% de los encuestados quiere que los sectores público y privado trabajen juntos. Además, se responsabilicen del cumplimiento de sus compromisos.
Cuando el tema es la educación, en esta consulta que hicimos en Dell, más de dos quintas partes (44%) señaló que la escuela solo les enseñó habilidades informáticas muy básicas. Uno de cada ocho (12%) no recibió ninguna educación en tecnología o habilidades digitales. Más de un tercio (37%) afirma que la escuela no los preparó con las habilidades tecnológicas necesarias para su carrera.
La reducción de la brecha del conocimiento tecnológico y de la brecha digital debería ser prioridad de la acción gubernamental. Ello para los jóvenes latinoamericanos. En México y Brasil, citaron la inversión en educación como la más importante (2 de cada 3 jóvenes de Brasil, por ejemplo). Esto por encima de los servicios de salud, la reducción de la deuda nacional, la inclusión digital o la ciberseguridad.
Para ayudar a reducir la brecha de habilidades digitales, un tercio (34%) de los encuestados sugirió hacer que los cursos de tecnología en todos los niveles de educación sean más interesantes. Y estén ampliamente disponibles. Una cuarta parte (26%) cree que los cursos de tecnología deberían ser obligatorios en los programas de educación hasta los 16 años. Cosa que podría alentar a los jóvenes a seguir carreras impulsadas por la tecnología.
La Generación Z también considera que el acceso a dispositivos y conectividad para grupos desfavorecidos (33%) y la conectividad en áreas rurales (24%) son las áreas de enfoque a prevalecer para impulsar un cambio que saque ventajas de tendencias en ascenso como el teletrabajo. En esta línea, más de la mitad (55%) de la Generación Z considera que el trabajo flexible y remoto es una consideración importante. Ello a la hora de elegir un empleador.
De cara a un futuro digital y sostenible, y para apoyar el crecimiento económico, la Generación Z coincide en priorizar la mejora de los servicios de salud (21%). Así como la inversión en educación para reducir la brecha de habilidades (11%) y la inversión en infraestructura sostenible / verde (11%). Está claro que la Generación Z ve la tecnología como fundamental para su prosperidad en el futuro.
En tiempos presentes tan desafiantes, depende de nosotros, los principales proveedores de tecnología, los gobiernos y el sector público, trabajar juntos y apalancar ese futuro inclusivo y sostenible al que aspiran estas nuevas generaciones de nativos digitales. Ello mejorando la calidad de los servicios públicos y abriendo oportunidades de aprendizaje para que puedan sacar mayor ventaja de la transformación tecnológica.
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