Etiquetado frontal: un derecho de los consumidores

Jeannette Zúñiga, decana de Nutrición de Ucimed

Por: Jeannette Zúñiga, decana de Nutrición de Ucimed.

No es necesario recurrir a estadísticas y estudios complejos, para reconocer al sobrepeso y la obesidad como un problema a nivel mundial. Por supuesto, en Costa Rica no somos la excepción.  Siete de cada 10 personas enfrentan esta enfermedad multifactorial. La cual resulta también una carga financiera enorme para nuestro sistema de salud.

La atención de enfermedades crónicas como hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemias y otras más, que tienen relación con la obesidad, son más difíciles de atender. Además, se requieren más recursos.

La obesidad es el resultado de malos hábitos de alimentación y sedentarismo. Además, tiene componentes sociales, culturales, ambientales, psicológicos y económicos.  No es un problema sencillo de atender y hay que esforzarse para poder prevenirla. 

Precisamente, una de las mejores formas de disminuir la incidencia de esta enfermedad, es, entre otras acciones, educando a la población sobre la importancia de una alimentación saludable. Para ello, debemos brindarle toda la información posible y sencilla. La cual le permita elegir los alimentos con mayor conocimiento y con más conciencia sobre la afectación que podrían tener en su salud. 

Sin embargo, como país estamos teniendo un retroceso en el combate al sobrepeso y la obesidad. Esto porque es claro que el reciente pronunciamiento del Ministerio de Salud (MS-DRPIS-UR-1588-2023). En él, indica que se debería ocultar el etiquetado frontal de advertencia en los productos. Con ello les impide a las personas tener información vital para decidir el tipo de alimentos que quieren elegir.

Derecho al etiquetado

Todos los consumidores tenemos derecho de conocer las características de los alimentos que vamos a consumir. Según la Ley 7472, Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, los consumidores tenemos el derecho a la información. Esta debe ser clara, veraz y oportuna. Además, las personas tienen el derecho a ser protegidas contra riesgos que puedan afectar su salud, seguridad o medio ambiente.

No es ocultando información que se brinda en el etiquetado frontal, como ayudamos a la población a estar más sana. Si no, más bien, es educando a las personas para que aprendan a seleccionar mejor lo que comen. Que preparen los alimentos de manera más saludable. Además, que eviten el sedentarismo y tengan adherencia a los tratamientos para atender las enfermedades.

En muchos países, incluidos algunos de América Latina, el etiquetado frontal de advertencia ha generado resultados positivos. Esto en cuanto al cuidado de la salud pública, razón por la que ya es obligatorio en Chile, México, Perú y Uruguay.

Este etiquetado consiste en indicar, mediante sellos, si un producto es alto en grasa, en azúcar, en sodio, entre otros. De esta manera, la persona tendrá claridad de lo que está comprando y consumiendo. Pero, sobre todo, tendrá la información para saber si este producto podría afectar su salud, según su condición médica.

Las autoridades de salud del país y los diversos profesionales en este campo, tenemos un compromiso con la mejora de la calidad de vida de las personas. Gran parte de este objetivo, lo logramos si incentivamos a los consumidores, para que elijan alimentos que le aporten a su salud. Esto tomando como primer plano, la calidad nutricional.   

La responsabilidad ante esta problemática de la obesidad, es de todos. Cada uno desde su trinchera y área de acción.

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