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Por: Vidal Villalobos
Asesor económico de Grupo Prival Costa Rica.
Costa Rica cerrará el año 2021 con perspectivas alentadoras en sus resultados fiscales y con una mejora en el pronóstico de crecimiento económico. En efecto, el superávit primario que se mostró al mes de octubre permite prever que el déficit financiero anual estará por debajo del 6%, muy inferior al 8,6% del año 2020. Además, el Banco Central de Costa Rica ajustó al alza su pronóstico de crecimiento hasta un 5,40% desde el 2,50% original de enero pasado.
El Fondo Monetario Internacional indicó en su última visita que el país está cumpliendo sus metas. Pero que aún falta realizar ajustes adicionales. Mismos que se encuentran en la Asamblea Legislativa para ser aprobados.
Sin embargo, el proceso de decisiones ha entrado en un letargo producto del inicio del proceso electoral en donde hay una histórica cantidad de participantes. Esto genera dudas sobre la conformación del próximo Congreso y su capacidad para sacar adelante los proyectos de ley que requiere el país.
Además, los recientes casos de corrupción (Azteca, Cochinilla y Diamante) provocan un descontento generalizado en la población. Y pone trabas adicionales, al de por sí, ya ralentizado proceso de construcción de obra pública.
Para 2022 y 2023 se tienen perspectivas de una importante recuperación económica. Aupada por la mejora en el sector turismo y el buen momento que viven las exportaciones de alta tecnología médica y digital. Esto ayudará a reducir el desempleo y la pobreza. Pero el mayor reto del país es combatir la brecha de desigualdad que se ha ensanchado con la crisis sanitaria. Preocupa el apagón educativo que ya lleva varios años y que compromete el futuro de las nuevas generaciones.
El país está en condiciones de aprovechar las oportunidades que se abren con la nueva política del Near Shoring. La cual pone en marcha varias empresas globales. Además, se generan muy buenas oportunidades para aprovechar el empuje que pueda dar al turismo, lo que se denominan Nómadas Digitales. Sin embargo, la incertidumbre que se genera por nuevas variantes del Covid-19 impiden que los agentes económicos tengan un panorama claro y tomen sus decisiones de manera oportuna.
El repunte esperado en la economía global trae consigo perspectivas de aumento en las tasas de interés. Esto acuerpado por los aumentos recientes en la inflación. Esto lleva a los analistas financieros a recomendar tomar posición en instrumentos de tasa fija, pero de corto plazo. Para los inversionistas de mayor plazo hay oportunidades en dólares. Así como en instrumentos que ajusten su rentabilidad, en especial los llamados títulos de propiedad ajustados a la curva soberana. Esto incluyendo fondos de inversión de renta e inmobiliarios.
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