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Por: Patricia Portela de Souza.
Representante de Unicef Costa Rica.
La pandemia por Covid-19 no solo puso en evidencia las inequidades y desigualdades que han venido afectando a la niñez. Así como a las juventudes en el país desde hace varias décadas. Sino que también acrecentó problemas como el aumento de la pobreza infantil. El desempleo juvenil. La exclusión educativa. La brecha digital. Y la discriminación de grupos vulnerables, entre otros.
Las niñas, niños, adolescentes y jóvenes nos vienen haciendo un llamado urgente de ayuda. Los efectos de la pandemia vinculados a la disminución de las clases presenciales, la brecha digital, la pérdida o disminución de vida social y la crisis económica afectan el presente y futuro de esta población. Debemos tomar medidas urgentes. E impulsar un nuevo pacto nacional por la educación y los derechos de la infancia.
En el país viven más de 1.400.000 niñas, niños y adolescentes menores de 18 años. De los cuales el 30% tienen edades entre los 0 y los 5 años, 31% de 6 a 12 años y 39% de 13 a 17 años.
Según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2020, 5.104.510 de habitantes de Costa Rica conforman 1.604.705 hogares. De estos, el 26,2% son hogares pobres. Además, cerca de 32% de las personas menores de 18 años que viven en estos hogares son pobres. Lo que significa que 1 de cada 3 niños y niñas es pobre.
Los años 2018, 2019 y 2020 dejaron enormes consecuencias en el sistema educativo costarricense. Las huelgas y la pandemia.
A pesar de los esfuerzos realizados el impacto negativo sobre la educación de la niñez no tiene precedentes. Las afectaciones en el sector educación y la dificultad de acceder a los recursos formativos podrían ser una condición problemática. Lo cual estas generaciones arrastrarán durante su inserción futura al mercado laboral.
Según los datos oficiales del MEP, en el 2020, de las 1.179.147 personas estudiantes matriculados, 18.834 están excluidos. Y 1.530 no presentan reportes de asistencia. Eso podría interpretarse como que la “pérdida” es baja. Entre excluidos y sí reportes suman menos de un 2%. No obstante, debe adicionarse a ese grupo el 63% de personas estudiantes matriculadas. Ya que presentaron problemas de acceso a dispositivos y/o internet. Lo cual generó problemas de continuidad en el acceso a los servicios educativos. Factor clave para asegurar sus trayectorias y aprendizajes.
Unicef se suma al llamado que hizo el Estado de la Educación y al MEP para atender de manera urgente los efectos severos del “apagón educativo”. Que ha sido generado por los rezagos y problemas estructurales no resueltos.
La salud mental es otro aspecto que requiere especial atención en la niñez. Ya que el aumento de los suicidios de personas adolescentes y jóvenes. Así como el incremento de las diferentes formas violencia contra esta población plantean grandes desafíos. Los cuales deben ser atendidos con celeridad.
Con respecto a la violencia contra la niñez y adolescencia, las cifras del PANI muestran que, en el primer semestre de la pandemia en el año 2020, se recibieron casi un 12% más de denuncias. Esto con respecto al total de denuncias recibidas en el 2019.
Los incrementos más altos según el tipo de amenaza o violación de derechos, fue en el caso de: negligencia por educación, explotación sexual comercial. Con porcentajes similares de incremento están: negligencia por salud, abuso sexual e ideación suicida.
En el área de salud preocupa el aumento de casos Covid-19 en personas menores de edad. De acuerdo con el Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia, el porcentaje de casos en niños, niñas y adolescentes infectados respecto del grupo de personas mayores de 18 años ha pasado de 8,2% en enero de 2021 a 9,35% en agosto de 2021. De acuerdo con el PANI, el 20 de abril del 2020 el número de nuevos casos era de 103. Para el 30 de ese mes (sólo 10 días después) se reportaban 206 y para el 11 de agosto se sumaron 312 en un solo día.
Al 7 de septiembre de 2021, el Ministerio de Salud contabiliza 47.716 personas menores de edad contagiadas con Covid-19. 12.015 activos, 7 en UCI de 0 a 19 años y 18 fallecidos.
Este es uno de los principios transformadores de la Agenda 2030. A partir del cual se posiciona de forma clara y enfática que el Desarrollo Sostenible sólo será alcanzado si se incluye por igual a toda la población. La igualdad y la inclusión, no pueden ser solo una aspiración. Deben convertirse en una realidad cotidiana innegociable.
En Unicef reiteramos nuestro compromiso con la niñez y las juventudes de seguir trabajando incansablemente por el cumplimiento de sus derechos. Así como de la construcción de una Costa Rica más justa e inclusiva para todos y todas.
Unicef apoyó la iniciativa Generación del Bicentenario, que hoy hizo entrega al Presidente de la República, Carlos Alvarado, su pacto por la niñez y las juventudes. Allí hacen un llamado urgente para generar nuevas oportunidades e impulsar transformaciones profundas.
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