Desarrollo del talento: un pilar estratégico para la competitividad

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María Gabriela Herrera, directora de Recursos Humanos para Mondelēz Región WACAM

Por: María Gabriela Herrera, directora de Recursos Humanos para Mondelēz Región WACAM

En la gestión del talento, la capacitación y el desarrollo profesional suelen mencionarse como factores clave para el éxito de una organización. Sin embargo, más allá de implementar programas de formación por cumplimiento o inercia, es fundamental construir estrategias de desarrollo con un propósito claro: cerrar brechas de habilidades, fortalecer a los equipos de trabajo, y así mejorar la competitividad organizacional y potenciar el compromiso de los colaboradores.

Somos conscientes de que para que la inversión en el crecimiento del talento genere un impacto real, debe estar alineada con la visión y objetivos estratégicos de la compañía. Un enfoque estructurado en el desarrollo de competencias permite no solo mejorar el desempeño individual, sino también fomentar una cultura de aprendizaje continuo que prepare a los equipos para responder de manera ágil, anticipada y efectiva a los desafíos del mercado y estar a la vanguardia de los avances tecnológicos.

Desde ahí el desarrollo de competencias se vuelve un pilar fundamental en la gestión de nuestro talento. Debemos entregar a nuestros colaboradores las herramientas para que su trabajo sea más estratégico y que logren liberar su máximo potencial. Aunque esto suene a un mundo ideal, que se ve en el imaginario y en lo lejano, lo cierto es que, sí es viable lograrlo, por medio de estrategias con un enfoque integral basado en componentes personalizados.

De esta manera se pueden construir modelos que fomenten la competitividad y el desarrollo dentro de la compañía, en donde cada uno de los colaboradores puedan reconocer sus necesidades específicas, y que, de este modo, se alineen con los objetivos organizacionales. Este tipo de estrategias no solo mejoran el rendimiento individual, sino que también contribuyen a que los equipos se sientan más valorados, tenidos en cuenta y apoyados por las empresas.

Otro de los puntos importantes para tener en cuenta, al planear este tipo de estrategias, es a lo que se quiere llegar. Si contamos con una visión clara y precisa de las capacidades que requerimos, podremos alcanzar nuestros objetivos de cara al futuro. En ese sentido, y con un sólido plan estratégico de seguimiento de talento, es posible reconocer las fortalezas y oportunidades en términos de capital humano se puede llegar a lograr la sostenibilidad empresarial haciendo un balance entre las demandas del mercado y las capacidades de los equipos de trabajo.

En definitiva, las compañías que integran el desarrollo del talento como un pilar estratégico no solo construyen equipos más sólidos, motivados y preparados para enfrentar los retos del día a día, sino que también establecen las bases para un crecimiento sostenido y transformador. Estas organizaciones van más allá, promueven un ambiente en el que la innovación y la adaptación se convierten en motores de cambio.

Al apostar por el talento, las empresas no sólo aseguran su éxito empresarial, sino que cultivan un capital humano capaz de trascender y aportar en múltiples ámbitos. Impulsar el talento no es solo un acto de inversión en habilidades, es una apuesta por el desarrollo personal y colectivo, por un futuro donde las personas crezcan junto con la organización, generando un impacto positivo y duradero.

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