Del tipo de cambio y la proyección neural

Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D. Asesor empresarial, abogado, profesor e investigador.

Por: Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D.
Asesor empresarial, abogado, profesor e investigador.

El cerebro humano suele precisar los denominados inicios y cierres neurales. Estos indican la apertura de un determinado proceso de pensamiento con su respetivo desenlace, el cual puede ser dado por un evento real. O bien, al menos, una proyección de corte racional o emocional. Esto mediante la cual la persona pudiese cerrar el proceso neural en cuestión, o quizás predecir de forma aceptable dicha conclusión.

Ahora bien, al analizar el tema de la proyección neural en relación a una variable como el tipo de cambio, la cual en el país es precisada por medio de un sistema de bandas, donde en teoría es el mercado quién define la cuantía de las unidades monetarias nacionales requeridas para la adquisición de una moneda externa dentro de estos parámetros, parece señalarse un elemento especulativo implícito. Allí el cerebro, al no tener todas los elementos de la ecuación conductual, adolece de la técnica precisa para proyectar un cierre cognitivo y racional. Más bien, este parece ser dado por predicciones de corte subjetivo e incluso emocional.

Resalta acá el Núcleo Accumbens, región cerebral que entre otras funciones, también gestiona el análisis de las recompensas en la persona. Esto valorando temas como el esfuerzo y el premio, así como los beneficios esperados de un determinado proceso. Al ligar esto al tipo de cambio, puede plantearse que un sistema especulativo, donde las intervenciones del Banco Central son constantes, aún contrarias a la voluntad del mercado mismo, no parece generar una posible posición racional sobre la especulación dada por la persona hacia proyecciones cambiarias. Sino, más bien, la recompensa analizada pudiese ser basada en aspectos emotivos. E, incluso, ligados al temor.

Proyección del tipo de cambio

Es de interés indicar que al lidiar con un sistema de tipo de cambio donde su proyección matemática se vuelve imposible, y donde la volatilidad de diferentes factores generan cambios imposibles de predecir, el cerebro no parece generar la certeza suficiente para estructurar inversiones de largo plazo ni para crear seguridad en la persona. Llama así la atención la idea referente a que quizás un sistema más predecible, tal cual las mini devaluaciones, resultaría ser más beneficioso. Esto, al menos, en materia del análisis neural recompensativo y proyectivo.

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