Cultura del ahorro e inversión a largo plazo

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Cultura del ahorro e inversión a largo plazo

Por: Jorge Guevara, director Financiero de la Universidad San Marcos (USAM).

En un mundo económico cada vez más globalizado y cambiante, el fortalecimiento de la cultura del ahorro y la inversión a largo plazo se ha vuelto esencial. Con ello, se logra para garantizar la estabilidad financiera y colectiva.

El ahorro y la inversión no solo son prácticas fundamentales para la seguridad económica personal. También son motores esenciales de crecimiento económico a nivel nacional. La capacidad de las personas de ahorrar y destinar recursos a inversiones que generen rendimientos a largo plazo, les otorga una mayor resiliencia ante imprevistos y crisis.

El ahorro, por sí mismo, permite acumular un fondo de emergencia y/o de inversión. Un gran consejo financiero es realizar mensualmente el cálculo del valor total de los ingresos generados y a este valor restarle el total de los gastos que son indispensables e inevitables para vivir, si luego de esta operación se cuenta con aún presupuesto lo recomendable es destinar de este rubro mínimo entre un 10% o 15% como ahorros. Este es el primer paso que permitirá a futuro poder realizar inversiones para multiplicar esos ahorros. Con ello, además, asegurar un futuro financiero más sólido y libre de preocupaciones.

Ahorro, inversión y educación financiera

Para crear una cultura sólida de ahorro e inversión, es indispensable fortalecer la educación financiera desde las primeras etapas de la vida. Las nuevas generaciones deben comprender los conceptos básicos de finanzas, el impacto del consumo responsable y cómo gestionar de manera efectiva sus recursos para que puedan tomar decisiones informadas y conscientes sobre sus finanzas.

La inversión a largo plazo no está exenta de riesgos, pero la clave radica en informarse adecuadamente. Además de contar con una asesoría profesional y tener un enfoque disciplinado y constante.

Consejos para generar ahorro e inversión

  • Establecer objetivos claros. Es importante definir para qué se está ahorrando. Tener objetivos claros motivará y permitirá determinar cuánto se necesita ahorrar e invertir, y en qué plazos.
  • Elaborar un presupuesto. Es esencial conocer los ingresos y gastos. Hacer un presupuesto mensual permitirá conocer cuánto dinero se puede destinar al ahorro e inversión, sin poner en peligro las necesidades básicas. Además, le ayudará a identificar posibles áreas donde se puede recortar y redirigir ese dinero al ahorro.
  • Definir el porcentaje de ahorro. Es vital definir el porcentaje mínimo que periódicamente se destinará ahorrar sin que esto impacte los gastos esenciales para vivir, pero que sea una regla y compromiso con las finanzas personales.
  • Fondo de emergencia o/y de inversión. Antes de invertir, es recomendable tener un fondo de emergencia, que cubra entre tres o seis meses los gastos básicos, esta medida proporcionará seguridad en caso de imprevistos, como el desempleo o gastos médicos. En caso de que el fondo supere lo anteriormente sugerido es recomendable destinar una parte para iniciar a realizar inversiones de forma progresiva.
  • Asesoría profesional. Un asesor financiero puede evaluar la situación, establecer metas realistas y ofrecer recomendaciones personalizadas sobre cómo invertir de forma eficaz.
  • Comenzar con inversiones simples. Una opción sencilla para iniciar consiste en obtener un plan de pensión o fondo de retiro. Las entidades financieras tienen diferentes opciones, que podrían ser muy útiles.

Consejos adicionales

  • Diversificar las inversiones. Consiste en repartir las inversiones en diferentes tipos de activos para reducir el riesgo, tales como, acciones, bonos, bienes raíces, entre otros. En este punto es indispensable una correcta asesoría de expertos que amplie los riesgos propios de cada tipo de inversión y entender que en todas las inversiones funciona la siguiente premisa “a mayor riesgo de perder tu inversión, más altas serán las ganancias” por lo cual se recomienda mesura al momento de iniciar a invertir.
  • Aprender constantemente. La educación financiera es clave para tomar decisiones informadas, cuanto más se entienda sobre el mundo de las finanzas, mejor se gestionará el dinero.
  • Revisar y ajustar regularmente. Es importante revisar frecuentemente los progresos y asegurarse que el ahorro sigue alineado a las metas. Además, ajustar las inversiones en caso de ser necesario y chequear el rendimiento para verificar que se están cumpliendo las expectativas.

Es fundamental que todos los sectores de la sociedad, incluidos los individuos, empresas y gobierno, trabajen juntos para construir una sólida cultura del ahorro e inversión a largo plazo. Solo a través de la educación, la información y el compromiso, podremos mejorar las finanzas personales y fomentar un entorno económico más estable y próspero para todos.

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