Últimas Noticias:
Por: Ivannia Méndez – ivannia.mendez@cr.gt.com
Gerente Legal de Grant Thornton
Podría resultarle extraño y hasta surrealista pensar en contar dentro de su organización con un director de felicidad. No obstante, es hoy por hoy una figura especialmente cotizada. Principalmente entre aquellas empresas que apuestan en mantener un sano equilibrio entre el valor de las personas y la rentabilidad.
Son muchos los términos utilizados para hacer alusión a esta figura, siendo “Chief Happiness Officer” el de mayor aceptación a nivel internacional. Sin embargo, independientemente de su designación, todos los términos definen un puesto de trabajo relativamente nuevo y muy complejo. Su razón de ser se origina en un mercado de talento cada vez más competido, donde las empresas necesitan enamorar y fidelizar a su personal.
Revelaremos a continuación características puntuales de la figura. Esto para que le permitan conocerla y a su vez plantearse si requiere su organización generar el puesto. O al menos investigar si una consultoría externa en tal sentido podría implicar para su empresa bondades y beneficios.
Es la persona especialista que considera que un empleado feliz es un mejor empleado. Y con esa convicción, analiza la situación, desarrolla estrategias para enamorar y fidelizar a los trabajadores todos los días. Además, hace un seguimiento continuado del bienestar en la empresa. Siempre con el objetivo de que sea competitiva y con rentabilidad gracias a su mayor activo, las personas.
El puesto de director de felicidad implica una gran responsabilidad. Además de unas habilidades muy marcadas que no todas las personas poseen.
El perfil ideal debe, como mínimo, involucrar capacidad analítica, y amplia habilidad formando equipos. Asimismo debe ser un gran comunicador, estratega y planificador, proactivo y resolutivo, hábil negociador.
En su día a día el director de felicidad debe ser capaz de comunicar y trasladar a sus empleados la cultura de la empresa. Logrando con esto crear una marca empleadora poderosa, que sea capaz, no sólo de llamar la atención de potenciales candidatos de excelencia, sino de reclutarlos y mantenerlos.
Se han catalogado para el cargo de director de felicidad ocho grandes responsabilidades:
Primero el director de felicidad trata a cada empleado como importante. Los estudios en la materia han llegado a la conclusión de que un empleado es tan o incluso más importante que un cliente.
Segundo, hace cumplir la jerarquía de las necesidades. Esto ya que según la teoría de la pirámide de Maslow, a medida que satisfacemos las necesidades más básicas desarrollamos aquellas necesidades y deseos más elevados. Siendo el potencial infinito.
Tercero, da voz a los empleados. Les ofrece canales, mecanismos y guías adecuadas para que puedan compartir sus necesidades e ideas.
Cuarto, cumple con los valores, iniciando por definirlos claramente. Esto ya que son los pilares de la imagen externa y sobre todo interna de su empresa.
Quinto, promulga la libertad, al creer en la responsabilidad de sus compañeros, ejerciendo un voto de confianza y permitiéndoles desempeñarse en campos novedosos.
Su sexta responsabilidad es reforzar el crecimiento. Comprende que todos necesitamos progresar profesionalmente. Con esto en mente idea estrategias para apoyar los puntos fuertes de cada colaborador. Así lograr más oportunidades para su crecimiento personal y, en consecuencia, de la empresa.
Séptimo, potencia el clima organizacional, fomentando una mejora en el mismo mediante estrategias, jornadas y espacios adecuados.
Y octavo, fomenta el trabajo en equipo. Esto es un factor competitivo diferencial, siendo su responsabilidad ofrecer y velar por el adecuado desarrollo de herramientas que permitan a los equipos funcionar adecuadamente.
Nuestras Redes Sociales: