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Por: Andrés Gruter, director de Expande Capital.
Con relación al tipo de cambio, es importante decir que la “predicción” de lo que va a suceder con él es algo prácticamente imposible. Hace un año atrás, Costa Rica estaba en un proceso bastante marcado de devaluación. Ello producto de muchos factores que se juntaron para que el colón se devaluara entre marzo 2020 y finales de junio de 2022, de 22%. En algún momento se temió que el tipo de cambio llegara a los 700 colones por dólar. Una serie de factores se juntaron para dar este resultado. Por ejemplo, la pandemia y la desaceleración del crecimiento económico a nivel global. Además del surgimiento de la inflación a nivel global. También un incremento en la incertidumbre causada por el inicio de la guerra en Ucrania con un consiguiente incremento en el costo del petróleo, entre otros.
Pero en los últimos 8 meses aproximadamente, el colón ha dado un giro muy fuerte en su tendencia. Ahora se ha revaluado (el tipo de cambio que observamos en las ventanillas de los bancos ha caído) en más de 20%. Esta disminución pronunciada en el tipo de cambio corresponde a un comportamiento bastante inusual en este precio tan importante para la economía costarricense. Estábamos muy acostumbrados a un incremento más o menos paulatino en el tipo de cambio no a una caída tan pronunciada y sostenida.
Es importante entender cuál puede ser el efecto de movimientos bruscos en el tipo de cambio. Ello con el propósito de poder anticipar acciones que se puedan tomar a nivel de gestión. Con ello, hacerle frente al impacto sobre las finanzas de nuestras empresas.
Algunos grupos empresariales ya se han pronunciado. Han solicitado al Banco Central de Reserva de Costa Rica acciones claras para controlar la caída en el tipo de cambio. Por ejemplo, el sector exportador bananero manifestó que se expondría traducirse en 10,000 empleos menos. Ello en la región de Limón.
Los sectores que más se afectan con la reevaluación son los sectores que reciben sus ingresos en dólares y tienen los costos en colones. Al fortalecerse el colón, la moneda en la que se incurren los gastos, frente al dólar, la moneda en la que se perciben los ingresos, se reduce el margen de beneficio de estas empresas. Aquí encontramos a los exportadores de bienes y servicios y al sector turismo en particular. Las empresas dedicadas a estas actividades, o las que dependen de estas actividades, están particularmente afectadas. En el caso inverso de devaluaciones fuertes del colón, empresas que dependan para su operación de insumos importados podrían estar expuestas a estos movimientos cambiarios.
Lo más importante en una situación como esta, es contar con un sólido proceso de presupuestos. Los cuales, incorporen variables como el tipo de cambio. Además de flexibilidad para estimar el impacto sobre la rentabilidad del negocio y el flujo de efectivo de estas variaciones en el tipo de cambio. Esta revisión debería permitir identificar la posibilidad de que el flujo de efectivo vaya a ser negativo en algún momento. Indicando que sea necesario acudir a fuentes de financiamiento. Lo primero ante un problema, es poder identificarlo, así como cuantificar su impacto.
Por supuesto que esto debe ir de la mano de posibles cursos de acción a tomar. No todas las opciones posibles estarán siempre disponibles. Sin embargo, deben ser consideradas. Podríamos considerar acciones de carácter temporal. Esto para sostener el flujo de caja de la empresa. Un ejemplo es la posibilidad de adelantar ingresos, ofreciendo a los clientes descuentos por pronto pago, o acudiendo a alguna entidad financiera para descontar facturas de clientes. En este punto se trata de echar mano de las cuentas por cobrar que tiene la empresa para intentar encontrar ahí la liquidez.
Otra alternativa es acudir a las fuentes de financiamiento que tiene la empresa para ayudar a cubrir cualquier “hueco” que surja en cuanto a la liquidez de la empresa. En este caso se trata de acceder a líneas bancarias de financiamiento de corto plazo para hacer frente a situaciones de liquidez. O a algún aporte extraordinario de capital por parte de los accionistas. Es importante reconocer que estas medidas son de carácter temporal. Y pueden ser efectivas en la medida en que pensamos que una situación de falta de liquidez será también temporal. Esto una vez que la tendencia adversa del tipo de cambio se revierta.
Opciones de más largo plazo tendrán que contemplar una revisión de los precios. Así como de la posibilidad de variarlos para compensar la disminución de márgenes de utilidad que pueda estar sufriendo el negocio. Otra opción es negociar con proveedores claves o buscar nuevos proveedores.
En el caso de empresas que puedan programar sus necesidades de compra o venta de divisas en fechas específicas, es posible en coordinación con algún intermediario bancario, realizar acuerdos de coberturas bancarias. Las cuales permita comprar o vender cierta cantidad de dólares a un tipo de cambio predeterminado. Ello independientemente del nivel del tipo de cambio en ese momento en las ventanillas bancarias. Además, si la empresa tiene a su disposición la posibilidad de tomar fondos prestados en colones o dólares y depositar esos mismos fondos después de haberlos cambiado por la otra moneda, la empresa puede construir su propia cobertura bancaria. Asegurando un tipo de cambio particular dependiendo de la diferencia entre la tasa de interés de la deuda y la tasa de interés del depósito.
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