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Por: Lariza Martínez, gerente de Productos de Depósito de Scotiabank.
Invertir es una práctica financiera que puede resultar intimidante. Principalmente porque muchas personas no conocen los productos de inversión ni los beneficios que ofrece.
Es importante conocer la diferencia entre invertir y ahorrar. El ahorro es guardar una cantidad de dinero con el fin de utilizarlo en el corto o mediano, principalmente. Esto para lograr objetivos específicos o para hacer frente a gastos imprevistos sin afectar el presupuesto personal o familiar. Por su parte, invertir es asignar cierta cantidad de dinero, establecida de manera previa, con la finalidad de obtener rendimientos monetarios en forma de ganancia.
El primer paso es definir los objetivos de la inversión para obtener los mejores rendimientos sobre el capital invertido. Empezar a invertir puede ayudar a las personas a alcanzar metas futuras importantes. Como la compra de una casa, pagar la educación de los hijos o tener un fondo de retiro, por ejemplo.
Con los objetivos claros, se podrá definir, con el apoyo de un asesor, el plazo y nivel de riesgo de la inversión.
Entender cuál es el apetito de riesgo de una persona es fundamental para determinar la combinación de activos donde podrá invertir su dinero.
Cuanto más sea el riesgo, mayor podrían ser las ganancias obtenidas. Sin embargo, es fundamental tener claro que toda inversión conlleva un riesgo, por más mínimo que sea.
Otro aspecto fundamental, es mantenerse informado. Las personas pueden investigar sobre los mercados, pronósticos globales y escenarios económicos para tomar decisiones oportunas.
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El perfil del inversionista hace referencia a las características que permiten identificar la forma en que acostumbran a tomar decisiones las personas cuando existen situaciones de riesgo al momento de invertir.
A través de un cuestionario, se evalúan aspectos como la edad del inversionista, el nivel de tolerancia frente a escenarios de riesgo. Así como los conocimientos financieros, los propósitos, la situación y capacidad financiera, entre otros. Este proceso se realiza con la asesoría de una especialista.
Existen tres perfiles principales de inversionistas:
Entre los productos más demandados se encuentran los fondos de inversión y los certificados a plazo.
Los fondos de inversión son un instrumento que reúne el dinero de muchos inversionistas quienes, en vez de invertir de forma individual, delegan la administración de su dinero a un profesional. Este administrador es quien toma las decisiones diarias de inversión respetando los objetivos predeterminados del fondo. Ello para destinarlo a la compra de valores que producen una renta o rendimiento (bonos, acciones, entre otros).
Existen muchos mitos alrededor de las inversiones, principalmente sobre los fondos de inversión, por considerarse instrumentos financieros “complejos”.
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