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Por: Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D, asesor financiero empresarial, abogado, profesor e investigador.
Los ataques cibernéticos soportados por el país, aunque en principio, se han querido abordar como un hecho aislado y de afectación focalizada, su impacto general parece calar más allá de una simple afectación a los sistemas y el funcionamiento operativo de las instituciones involucradas. Esto porque claramente los efectos adyacentes terminan repercutiendo en el comportamiento mismo de las personas y del mercado.
Al soportarse un ataque que atenta contra la estabilidad institucional de una nación, es natural que las personas, desde una óptica de respuestas neurales, señalen activaciones dadas hacia la generación de neurotransmisores. Algunas tales como la adrenalina y noradrenalina. Las cuales, incluso, pueden generar activaciones en la ínsula (supervivencia). Y que por ende puedan generar una proyección irracional ligada al temor. En este punto es de interés resaltar que a medida que un fenómeno externo y no controlable perdura la afectación en la especulación neural tiende a ser mayor, ergo, la afectación en variables como el consumo y el gasto es más potente.
Es acá donde el tiempo de respuesta que las autoridades pudiesen dar a la solución del fenómeno dañoso, entiéndase los ciberataques, es de especial relevancia. Esto pues a medida que este se prolongue, la especulación y el comportamiento microeconómico supervivencial tiende a manifestarse más profundo.
Esta conducta de corto plazo puede ligarse al consumo. Pero también a la protección monetaria que por salvaguarda una persona pudiese derivar. Aspecto que tiene una correlación directa en temas tales como el tipo de cambio. Este puede verse incrementado de forma vertiginosa debido a la especulación por protección de mediano y de largo plazo. Tema que también puede derivar en afectaciones macroeconómicas tales como la inflación o la tasa de interés, todo en función de un cambio en la demanda monetaria y de consumo.
Puede observarse que el acaecimiento de un hecho dañoso e incierto, de carácter externo y no controlable, el cual atente contra el normal funcionamiento de la institucionalidad del país, claramente genera una afectación especulativa e inmediata en las respuestas neurales de las personas. Situación que repercute en la conducta microeconómica de corto plazo. Además, que puede influir en variables generales de la economía. Sin duda, la diligencia y la rapidez en la actuación de las autoridades es fundamental, tema que no parece haber sido el más preciso.
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