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Por: Caro Morales – info@caromorales.com
La manera en que te perciben determina tu éxito. Por ello la gran importancia de tu lenguaje corporal. Todos podemos dejar de hablar pero no de comunicarnos. Más del 90% de lo que expresas lo dices sin palabras, tu cuerpo se encarga de hacerlo. Nadie escapa al poder del lenguaje corporal. Nadie puede parecer lo que no cree de sí mismo. En otras palabras, sólo si crees que puedes proyectar confianza y seguridad podrás hacerlo, únicamente si crees y deseas parecer confiable y empático lo lograrás.
El lenguaje corporal y la inteligencia emocional van de la mano, tus emociones son expresadas por tu cuerpo. La inseguridad encontrará un camino para expresarse, al igual que la determinación, seguridad y sensación de ser confiable.
El gran secreto para mejorar tu lenguaje corporal, está en “tu relajación”, para lograr esta condición es preciso que antes hayas observado tu postura al estar de pie y concentrarte en la imagen que deseas dar. Nadie corrige efectivamente su lenguaje corporal sin antes observarse a sí mismo.
Una vez consciente de la importancia de tu relajación, presta atención a los siguientes consejos:
La manera en que proyectas seguridad al estar de pie es tal vez uno de los trabajos más difíciles de lograr. ¿Te preguntarás por qué? Porque para reflejar seguridad tu postura debe “lucir natural”, jamás mecanizada o fingida.
Todos al cuidar nuestra postura de pie nos hemos preguntado “¿qué hago con las manos?”. Muy sencillo, estando de pie da un pequeñísimo paso hacia atrás con la pierna derecha (con la izquierda si eres zurdo) y flexiona ligeramente la rodilla de la pierna que quedó al frente. De esta manera reflejarás mayor seguridad y, además, tus brazos de manera natural y automáticamente quedarán un poco delante. La sensación urgente de ocuparlas se disminuirá de inmediato.
Si creías que tu voz pertenece al mundo de la imagen verbal, te equivocaste. Son las palabras que dices las que forman parte de esa área, pero tu tono de voz y volumen expresan mensajes no verbales, como tu seguridad, calma, enojo, ansiedad, etc.
Al presentarte nunca olvides decir tu nombre con seguridad y un volumen un poco más alto del que acostumbras. Como dije anteriormente tu tono de voz se asocia con tus emociones. Un mensaje como “Qué tal, es un placer conocerte” es posible imaginarlo en un tono alegre, serio, enojado, indiferente, frío. Debes de hacer congruente el tono de tu voz con el mensaje que deseas proyectar.
Recuerda, para que los demás confíen en ti primero debes tú inspirarles confianza y, como te habrás dado cuenta esto requiere de práctica constante y consciente.
La próxima vez que interactúes con alguien sé atento a uno de los elementos de la imagen; tu lenguaje corporal y cuida cada uno de los aspectos que influyen en la manera en que deseas ser percibido.
*La autora es Contadora, Microempresaria, consultora en imagen y directora de Changes.
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