El comercio internacional es uno de los pilares de la economía costarricense impulsando la seguridad que debe tener. Según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) las exportaciones del país representaron US$11.683 millones en 2020. Mientras que las importaciones alcanzaron los US$15.872.385.272 millones el año anterior.
Es por esto que implementar medidas que garanticen la seguridad toma cada vez más importancia en el contexto actual. De acuerdo con expertos, la seguridad también se convierte en un factor clave para una mayor eficiencia y desempeño de la cadena logística nacional.
“Toda la cadena de suministro a nivel global ha sufrido un enorme desequilibrio. Y esto representa un reto de dimensiones nunca antes vistas. Ya que el incremento en el volumen de comercio internacional que se espera como parte de la reactivación económica es monumental. Lo peor que le podría suceder a un operador logístico y a sus clientes, es tener un incidente de seguridad, que se sume a esta complicada coyuntura”, explicó Mario Vargas, gerente general de Grupo Eulen Costa Rica.
Agregó que toda la cadena logística debería ser robusta. Esto para evitar afectación al negocio, minimizar riesgos y mantener la fluidez de la operación.
Vargas explicó que en el caso de los puertos marítimos y las fronteras terrestres el tema más preocupante es la infraestructura por el almacenaje de mercancías. Por ejemplo, dijo, al país entran los vehículos asiáticos por Puerto Caldera en Puntarenas, mientras que los dispositivos médicos que se exportan a Europa salen desde los puertos ubicados en Limón. Razón por la cual un puerto inseguro significará desconfianza para las empresas que deben exportar e importar.
Vargas explicó que en la cadena de suministro se habla que el eslabón más pequeño es igual de relevante que el más grande. Por eso surge la necesidad de desarrollar un análisis de riesgos.
“Un plan adecuado debe identificar e implementar soluciones a la medida para cada operador. Esto en el manejo adecuado de las mercancías. Parte de esos protocolos son los procesos internos y externos. Así como sistemas de control y monitoreo, tecnología, personal calificado, entre otros, cuya finalidad es mitigar hechos criminales o de seguridad”, dijo Vargas.
Añadió que un operador logístico que cuente con un nivel superior de seguridad es un aliado empresarial. El cual brinda valor agregado a la operación de sus clientes evitando retrasos, pérdidas económicas, entre otros.
Asimismo, afirmó el experto, en el sector logístico se pueden presentar eventos que atentan contra la integridad y seguridad de los productos. Esto desde robos hasta contaminación de embarques con droga.
Considerando esta realidad, es importante aplicar todos los protocolos que garanticen el comercio seguro a través de estándares mundiales. Un ejemplo de ello, es la certificación BASC.
“El distintivo BASC garantiza que se implementa el Sistema de Gestión y Control de Seguridad. Y que contamos con las mejores prácticas y metodologías de trabajo para ejecutar los servicios de seguridad integral”, finalizó Vargas.
Nuestras Redes Sociales:
