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Según datos del Banco Mundial, en América Latina y el Caribe, sólo el 49% de las mujeres tiene una cuenta bancaria. Por su parte, el 11% ahorra y el 10% dispone de acceso a crédito. Ello, señalan expertos, es uno de los principales obstáculos para impulsar el emprendimiento femenino.
Para Kattia Rojas, encargada de mercadeo de Fundecooperación para el Desarrollo Sostenible, en este contexto, es necesario contar con fuentes de financiamiento específicas y a la medida. Los cuales permitan el crecimiento y fortalecimiento de empresas lideradas por mujeres.
Mencionó dos ejemplos de cómo el financiamiento puede generar un impacto positivo en el emprendimiento femenino en el país.
El primero es el de María Gabriela Retana, una emprendedora que logró crear su negocio de corte y confección. Ella, al terminar el colegio, decidió estudiar Administración de Empresas con énfasis en Banca y Finanzas. Sin embargo, al finalizar sus estudios no le fue fácil encontrar trabajo en su profesión.
Por ello, decidió trabajar con su mamá como costurera. Inició confeccionando ropa, lo que le permitió generar ingresos, cuidar a sus hijos y desarrollarse como profesional. Su deseo de crecer y la necesidad de complementar con el oficio de la costura su carrera profesional. La llevó en el 2021 a independizarse y crear su propio negocio de confección de ropa llamado “Jacari”. Su nombre proviene de las iniciales de sus hijos Jacobo, Carlos y Ariana. Ello lo logró hacer mediante financiamiento.
El segundo caso es el de Jéssica Gabriela Montero, una emprendedora que construye su negocio con cabras y gallinas. En su caso, su aventura inició hace tres años. Cuando por motivos de salud le recomendaron tomar leche de cabra. Al ver lo difícil que era conseguirla optó por comprar una cabra. A partir de eso, personas vecinas y de comunidades cercanas la visitaban para comprarle leche.
Así surgió la idea de tener más cabras para producir más leche para la venta. Según cuenta, la banca tradicional no fue opción para desarrollar su proyecto. Debido a ello, buscó otras opciones hasta que encontró una opción de financiamiento para impulsar su emprendimiento.
Logró un crédito para comprar 4 cabras, aumentar su producción y construir aparatos para ellas.
Jéssica además contaba con 5 gallinas que le daban huevos para consumo familiar. Al igual que con la leche de cabra, también vendía a algunas personas, que impulsó con un nuevo financiamiento.
Actualmente, en su granja La Catalina tiene 14 cabras, produce yogurt y elabora queso, además cuenta con 40 gallinas de pastoreo.
La empresa Monifai, realizó un sondeo el cual, entre sus principales resultados, encontró que las mujeres están dispuestas a solicitar préstamos para impulsar su emprendimiento femenino.
Según datos del INEC, el 32% de los emprendedores en el país son mujeres. De este porcentaje, una gran mayoría, más del 60% indicaron que se convirtieron en emprendedoras por necesidad. Algo que se vio acrecentado durante la pandemia.
En el sondeo realizado por Monifai a un grupo de más de 150 mujeres emprendedoras, un 66% admitió que podría pedir un préstamo para poder mover su negocio. El 47% de las consultadas dijo que utilizaría ese dinero para comprar insumos. Mientras que el 21% preferiría utilizarlo para comprar maquinaria de algún tipo.
Carlos Gutiérrez, CEO de Monifai, añadió que las emprendedoras no requieren solo del dinero, sino que también de capacitación para el desarrollo de su negocio. Ello, de tal manera, puedan aprovechar estas inversiones para sacar adelante sus negocios.
“Además de créditos, que son muy necesarios, estas emprendedoras necesitan acompañamiento, capacitación y guía. Y es lo que buscan. En la mayoría de los casos ellas no son sujetos de crédito en los bancos tradicionales, por lo que se quedan huérfanas en sus procesos”, concluyó Gutiérrez.
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1 Comment
Desde hace muchos años he tratado de tener mí emprendimiento, pero por falta de dinero no lo he logrado.