En el ambiente empresarial actual, cada vez hay más consciencia de la equidad de género, así como que se debe fomentar el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo. Ello, señalan los especialistas, se vuelve clave para transformar estas organizaciones.
A pesar de ello, en Latinoamérica la equidad de género sigue afrontando desafíos, aunque se ven avances en las oportunidades que se ofrecen en las empresas jóvenes y tradicionales.
A propósito de esto, Claudia Daré, directora y fundadora de LATAM Intersect PR, ofrece su punto de vista desde su trabajo en relaciones públicas y personal en temas de liderazgo femenino.
De acuerdo con datos del Objetivo de Desarrollo Sostenible 5, que busca lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, en Costa Rica la cifra de puestos de liderazgos femeninos en las alcanzaba un 35%. Esto, a pesar de ser un progreso, no es ideal en palabras de Claudia.
”Ha habido un desarrollo significativo gracias a una mayor conciencia sobre la equidad de género. Las empresas están creando oportunidades y programas de mentoría que permiten a las mujeres avanzar en sus carreras. Aunque la competencia y la capacidad están ahí, las mujeres necesitan estas oportunidades para ocupar posiciones de liderazgo”, acota la directora de LATAM Intersect PR.
Añadió que, así como el resto de la región, el panorama empresarial en el país tiene consecuencias “de una cultura con machismo arraigado” que, aunque se hace énfasis que hay progreso, en especial en las empresas más jóvenes, presentan una dificultad para las mujeres tanto a nivel personal como con oportunidades.
A pesar de ello, Daré ve un futuro donde el liderazgo femenino pueda alcanzar un 50% de representación, con una construcción constante.
A continuación, un extracto de la entrevista realizada por Rumbo Económico a Daré.
Soy muy optimista. Creo que estamos creciendo y siendo más respetadas en muchas organizaciones. Es muy importante encontrar apoyo y crecer juntas entre nosotras, con sororidad y estar unidas. Las mujeres representan la mayoría de la población global, y aunque el mundo ha sido históricamente dominado por hombres, estamos buscando y conquistando la equidad.
Creo que sí existen diferencias. Las mujeres tienden a mostrar más empatía y preocupación por la mejora del entorno laboral, lo que tiene que ver con cómo hemos sido educadas en la sociedad. Esto no significa que un hombre no pueda ser igual de bueno en su liderazgo, pero estas diferencias tienen su raíz en la formación social de cada género.
Es importante que las empresas creen políticas claras desde el proceso de contratación, asegurando que no haya distinciones. Además, se deben ofrecer mentorías y entrenamientos para cambiar cualquier cultura de prejuicio hacia las mujeres. Por ejemplo, todavía hay empresas que dudan en contratar a mujeres jóvenes por miedo a que su desempeño se vea afectado por la maternidad.
Desafortunadamente, en Latinoamérica somos muy machistas, tanto hombres como mujeres. Esta cultura machista se ha arraigado profundamente, lo que impone obstáculos para las mujeres. Sin embargo, estamos viendo un cambio, especialmente entre los hombres más jóvenes, que reconocen que los roles tradicionales no deben ser tan rígidos.
Es fundamental que las mujeres fortalezcan su credibilidad y crean en sí mismas. La ‘síndrome de la impostora’ es una consecuencia de los obstáculos que enfrentamos y nos hacen dudar de nuestras capacidades. Las mujeres en posiciones de liderazgo deben confiar en sus habilidades y apoyarse en redes de apoyo que existen cada vez más.
Es fundamental fomentar la sororidad, estar unidas y apoyarse mutuamente. También es importante desarrollar habilidades sociales y confiar en personas de confianza, hombres o mujeres. A veces, nosotras mismas dejamos de creer en nuestras capacidades debido a los obstáculos, pero es esencial recordar quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde queremos llegar.
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