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En los últimos años, debido a los cambios tan abruptos que se han dado en el mercado empresarial, la habilidad que tengan las organizaciones para adaptarse de forma rápida es muy importante. Sin embargo, el 53% de altos ejecutivos globales consideran que sus empresas no están donde deberían en esta materia.
Así lo concluyó la más reciente encuesta “Resiliency Rules” elaborada por SAS, compañía pionera y especializada en analítica avanzada, IA y gestión de datos. Este estudio se aplicó a casi 2,500 altos ejecutivos en todo el mundo.
A pesar de esta brecha, añade el estudio, el 96% de los altos ejecutivos globales, señalaron que utilizan el recurso de la resiliencia para la toma de decisiones, elemento clave para navegar el cambio y garantizar la continuidad del negocio.
La encuesta “Resiliency Rules” también explora dónde están paradas las empresas en cuanto el manejo situacional frente a coyunturas retadoras y cuáles son sus expectativas ante la problemática. En este punto, el 81% de los ejecutivos creen que la resiliencia es alcanzable con la orientación y las herramientas adecuadas. Asimismo, más del 90% ven en los datos y su análisis las herramientas críticas para una estrategia efectiva de resiliencia.
“Si bien el 70% de los encuestados es optimista sobre el futuro de la economía de sus respectivos países, y entre el 86 y 92% consideran que la resiliencia ayuda a reducir el impacto inmediato de las crisis al permitir que las empresas se preparen para la disrupción; mientras que el 80% de las empresas ya está invirtiendo en planeación y estrategia de resiliencia, solo el 47% percibe que su empresa como resistente a la disrupción”, señaló Héctor Cobo, VP Regional para SAS México, Caribe, Centroamérica y Perú.
La encuesta también estudio lo que sucede a nivel de resiliencia en gobierno e instituciones públicas. En este segmento, el estudio concluyó que casi el 64% consideran que sus instituciones no están preparadas para momentos de disrupción. Esto, aunque el 97% está de acuerdo con que la resiliencia es importante para las instituciones públicas, brecha que se acentúa en el sector público frente a cualquier industria.
En este sentido, la encuesta de SAS ubicó un reto mayúsculo para las dependencias del gobierno. Ello porque el 87% de los funcionarios consideran que los datos y su análisis son clave para evitar la Brecha de Resiliencia. No obstante, añaden los encuestados, a menudo se ven frenados para implementar acciones al respecto debido a problemas para desarrollar la interacción de datos entre su fuerza laboral. Además de la escasez de acceso a científicos de datos y la sobrecarga de estos.
“Otro de las conclusiones obtenidas y que llaman la atención, es que solo el 67% de los funcionarios encuestados aseguran estar invirtiendo actualmente en estrategias de resiliencia para cerrar esta brecha. Y únicamente el 38% de los funcionarios se sienten preparados para manejar la disrupción en los próximos 3 años. Esto es significativamente menos que en cualquier otro sector”, señaló Cobo.
Con base en la encuesta “Resiliency Rules”, SAS identificó cinco principios fundamentales para mantener y fortalecer la resiliencia en las organizaciones:
“Los ejecutivos de alta resiliencia otorgan un mayor valor e invierten más que los ejecutivos de baja resiliencia en cada área. Esto fue consistente en las respuestas a través de las segmentaciones de países e industrias, lo que indica que los ejecutivos las ven como componentes fundamentales para una estrategia de resiliencia”, analizó Cobo.
Añadió que, además, una conclusión clave de la investigación de SAS es el papel crítico de los datos y el análisis en la implementación de las Reglas de Resiliencia. En este sentido, el estudio determinó que el 96% de los ejecutivos de alta resiliencia utilizan datos y análisis internos y externos para informar la toma de decisiones. Lo cual, añaden, se ha vuelto clave para navegar el cambio y garantizar la continuidad del negocio. Además, estos ejecutivos altamente resilientes afirmaron implementar herramientas de datos más que sus contrapartes menos resilientes; es decir, el 93% vs. 22% de compañías con baja resiliencia.
“El análisis de datos nos permite conocer y evaluar riesgos en las distintas industrias, ya sea para ayudarles a evitar fraudes o bien para determinar riesgos climáticos, entre muchos otros. En el caso de sucesos disruptivos es lo mismo. La ubicación de las preguntas clave ante sucesos potenciales determinados, permitirá la continuidad en sus negocios y mantener sus niveles de competitividad”, concluyó Cobo.
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