Últimas Noticias:
Las tarjetas de crédito no son el principal componente generador del endeudamiento de los costarricenses. Además, las personas que reciben menos ingresos tienen pocas opciones reales de acceso al crédito. Esto por parte de las entidades financieras reguladas del país.
Esto se desprende de la segunda entrega de resultados de la encuesta de “Endeudamiento de los hogares costarricenses”, realizada por la Oficina del Consumidor Financiero (OCF).
“La encuesta busca dimensionar la realidad del endeudamiento en Costa Rica. En la primera entrega destacamos que las personas tenían deudas en un sentido amplio. En esta ocasión desmenuzamos el comportamiento del tico con respecto al tipo de deudas. Las actitudes que asumen frente a ellas y el manejo que se le da al dinero”, explicó Danilo Montero, director general de la OCF.
A la pregunta de qué tipos de créditos tienen, casi la mitad de los entrevistados con ingresos menores a 300 mil colones indicaron créditos de familiares o en tiendas de electrodomésticos. Muy lejos del 13% que mencionaron las tarjetas de crédito. Incluso en el siguiente grupo de ingreso (entre 300 mil y 500 mil colones), la diferencia es que aparece como un tercer tipo los créditos personales. Cualquiera de los tres duplica la importancia de las tarjetas.
Solo a partir del grupo de ingreso de más de un millón de colones, es que las tarjetas muestran mayor presencia. Pero, de hecho, en los dos grupos de mayor ingreso, domina el crédito con asociaciones o cooperativas. O bien el préstamo de vivienda.
Si se mide por el nivel de compromiso del ingreso para el pago de deudas, destaca que, en el grupo con menor endeudamiento, comparten casi la misma importancia el crédito de consumo. Así como el de familiares y con tarjetas. En el otro extremo, en el grupo con mayor compromiso (más de 62% de su ingreso), lo que domina es el crédito de consumo. Y en segundo lugar el de familiares.
Cabe mencionar que en el segundo grupo de menor endeudamiento (entre 18% y 30%), el tipo de crédito dominante es el de tiendas de electrodomésticos, casi duplicando la importancia de las tarjetas.
Otro hallazgo del estudio en cuanto al endeudamiento es que el acceso al crédito a través del sistema financiero regulado no es el mismo para todos. De hecho, las mujeres, las personas sin trabajo remunerado, y que viven fuera de la GAM, acuden principalmente a familiares, amigos o compañeros de trabajo.
En contraste, conforme los ingresos crecen, las personas se mueven al crédito de entidades reguladas. Además tienden a desaparecer el crédito con familiares o amigos.
La situación se repite por estatus laboral. Cuando las personas no tienen trabajo remunerado, la fuente de crédito son familiares o amigos. Crece la preferencia por el crédito de entes regulados para los trabajadores del sector privado. Precisamente, este es el tipo de fuente que domina por mucho para quienes laboran en el sector público.
“Esto plantea un reto al sistema financiero en general. Porque algunos grupos no están teniendo acceso al crédito formal, obligándolos a buscar otras vías de financiamiento más costosas. Además de limitarles sus posibilidades de acceso a vivienda. O incluso afectando su productividad. El reto desde luego incluye generar los productos y los canales para llegar a estas poblaciones”, expresó Montero.
Nuestras Redes Sociales: