Industria alimentaria cataloga 2023 como “muy duro pero positivo”

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Industria alimentaria cataloga 2023 como “muy duro pero positivo”

Como un año muy duro, pero con balance positivo. Así catalogan los industriales de alimentos el cierre del año 2023, precisamente porque fue durante los últimos meses de este año, que la industria alimentaria empezó a oxigenar su actividad, posterior a tres años tormentosos que conjuntaron varias crisis profundas de origen externo principalmente, pero también interno.

Para Juan Ignacio Pérez, presidente de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria, 2023 se reporta como un año con balance positivo para la mayoría de nuestras actividades productivas puesto que se observa cierta estabilidad una vez que nos alejamos de fenómenos traumáticos como lo fueron la crisis por COVID-19, cuyos efectos se extienden hasta la fecha, la crisis de contenedores, la guerra en el centro de Europa e Israel, la crisis de precios altos en materias primas internacionales, el hackeo de los sistemas aduanales del país seguido del colapso de los puertos nacionales, así como periodos de inestabilidad económica por altas tasas de interés y volatilidad cambiaria.

“Ya para el segundo semestre de 2023 empezamos a ver una cierta estabilidad, lo cual nos permite cerrar un año en un balance positivo y esperar un año 2024 parecido o mejor”, señaló Pérez.

Mercado local: La Industria Alimentaria es uno de los sectores industriales más importantes del país. Por su vinculación directa con el mercado de consumo masivo, su comportamiento es uno de los indicadores más claros de lo que sucede en la economía. Con un nivel de empleo directo superior a los 103.000 puestos de trabajo asalariados, una producción cercana al 5% del PIB y un nivel de exportaciones superior a los $US2.400 millones de dólares, que lo coloca como el tercer sector más importante en materia de ventas al exterior, para 2023 el sector tuvo un crecimiento promedio del 1.4% de enero a octubre, lo cual se considera positivo, dado el entorno internacional que golpeó al sector durante los últimos años, incluyendo buena parte de este año 2023.

Exportaciones: Posterior al crecimiento fuerte de 2021 y 2022 por el natural jalón post pandemia, este año 2023 tuvo un crecimiento moderado en sus exportaciones que rondó el 5.3%, pasando de $US2.358 millones en 2022 a $US2.483 millones de dólares en 2023; no obstante, hubo sectores con crecimientos extraordinarios tales como salsas y aderezos (34%); jaleas y procesados de frutas (38%); alimentos diversos (40%); carnes procesadas (31%); bocadillos y cereales (68%); harinas de trigo (38%); entre otros crecimientos relevantes. Hubo otros sectores que tuvieron reducciones en sus exportaciones medidas en dólares, donde se encuentran materias primas alimentarias como el azúcar, las grasas vegetales y algunos jugos de frutas, que se comercializan como commodities en mercados internacionales.

Economía durante 2023 y perspectivas para 2024

La mayoría de los empresarios de la industria alimentaria describen 2023 como positivo, con un mercado interno caracterizado por un consumidor cada vez más racional, que tiene mayor claridad hacia sus prioridades de compra. También contamos con un consumidor más tendiente a buscar precios bajos y promociones, lo cual obliga a la industria nacional a ser mucho más innovadora en materia de calidad y propuesta de valor agregado, para así no sacrificar valor económico. Por su parte, el buen desempeño del sector turístico dinamizó de manera positiva el consumo en las zonas rurales.

Según los empresarios de alimentos, la inflación controlada, la importante reducción en la tasa de desempleo, la estabilidad cambiaria y una mayor reducción de las tasas de interés locales, acompañadas de estabilidad en los mercados internacionales de materias primas, permiten pronosticar un 2024 estable, similar a 2023 y sin presiones inflacionarias en los precios de los alimentos.

Desempeño de gobierno

En cuanto a los aciertos, la reactivación económica depende necesariamente del tipo de señales que se reciben desde quienes administran el Estado, puesto que de sus decisiones y los riesgos que estas generen, se toman las decisiones de inversión y consumo.

De acuerdo con los empresarios de alimentos, entre los principales elementos que generan señales de confianza tenemos:

  • Señales claras hacia la transparencia y la eliminación de distorsiones arancelarias y no arancelarias en la comercialización de materias primas de uso industrial.
  • Una mirada clara y decidida hacia la importancia de la apertura del monopolio del alcohol, insumo importante de la industria alimentaria.
  • Acciones que permitieron mejorar la gestión de los puertos posterior a la crisis por la saturación por crecimiento natural, pero también por las crisis de contenedores post pandemia y el hackeo a los sistemas aduanales de 2022.
  • Señales claras como un estado que deja trabajar al empresario y facilita su actividad mediante la eliminación de cuellos de botella regulatorios:
  • Eliminación de trámites innecesarios y duplicados ante instancias del Estado en materia del manejo de sustancias con riesgos asociados a la salud.
  • Limitación a regencias profesionales que duplican costos en la actividad industrial.
  • Atención de urgencias y mejoras en registros sanitarios de alimentos.
  • Reducción de trámites innecesarios relativos a Permisos Sanitarios de Funcionamiento.

Temas pendientes

Los empresarios de alimentos recuerdan a la Asamblea Legislativa, tres temas que se esperan sean resueltos en 2024:

  • Revisión y mejora de la ley de modernización del INA, recientemente debilitada a partir de un fallo de la Sala Constitucional que no permite la aplicación de esquemas modernos y eficientes de contratación.
  • Apertura del monopolio del alcohol, que permita a las industrias abastecerse de manera directa con la producción nacional y de los mercados internacionales.
  • Aprobación del proyecto de jornadas excepcionales 4×3
  • Desafíos 2024 en materia de política pública
  • Continuar y fortalecer la guerra frontal contra abusos históricos y mala administración del aparato público: pensiones de lujo, el gasto y la eficiencia del poder judicial, en las universidades estatales y en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
  • Retomar iniciativas y proyectos de ley para eliminar, cerrar o unificar estructuras administrativas innecesarias en instituciones del estado.
  • Redoblar esfuerzos para la reducción del pago innecesario de alquileres o el impulso del proyecto “Ciudad estado”, cuyo impacto traerá una administración del Estado más eficiente. 
  • Continuar con las mejoras que buscan darle eficiencia y fluidez a la logística de las cargas que transitan por los puertos de Caldera y Puerto Limón.
  • Avanzar en la recuperación de las carreteras nacionales por donde transita la producción nacional, a través de una mayor inversión en ampliaciones de ruta 27, ruta 32 y circunvalación.

“Todos los actores sociales debemos abandonar la conflictividad política sobre temas irrelevantes y enfocarnos en los asuntos de verdad, aprovechando el momento de oportunidad que ofrece la economía, por lo que debemos priorizar energía de todo el país en los temas relevantes: seguridad, educación, infraestructura y balance económico”, puntualizó el presidente de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria, Juan Ignacio Pérez.

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