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La crisis provocada por el COVID-19 ha traído severas afectaciones a diversos sectores y poblaciones del país, pero a criterio de expertos, son las mujeres las que más están resintiendo el impacto de esta coyuntura económica y social.
Este escenario ha representado un incremento en las labores cotidianas de las mujeres, principalmente de aquellas que, ahora, realizan teletrabajo y tienen el recargo de cuidar a los hijos que no están yendo a la escuela.
“En promedio, las mujeres dedican 22 horas más que los hombres, a las labores no remuneradas del hogar. Esta situación, sin lugar a dudas, se ha agudizado con la crisis y, hoy, muchas mujeres están sufriendo una importante recarga en sus funciones”, explica Abril Gordienko, docente de Lead University y consultora en Políticas Públicas.
Pero, además, los sectores más golpeados por la crisis, son aquellos donde la fuerza laboral femenina tiene más presencia: las industrias relacionadas con servicios, comercio, atención al cliente, hotelería, entre otros.
Para la experta, “las estadísticas no solo reflejan parte de los retos que enfrentan las mujeres, sino que desnudan una situación de inequidad inaceptable que, con la pandemia solamente se profundizará”.
Según datos del INEC, a principios de 2020, en nuestro país la tasa de ocupación de las mujeres era de apenas un 52.1%, mientras la de los hombres era de un 74.7%. Esta brecha se profundizará con la crisis por la COVID-19.
“Esta es una realidad que muestra la falta de inclusión laboral que existe y se trata de un enorme reto para el país. Debemos trabajar en políticas y prácticas inclusivas, que busquen incorporar a las mujeres a la fuerza laboral, en las mismas condiciones que los hombres”, comentó Gordienko.
A criterio de la experta, se trata de una oportunidad para combatir el desempleo y generar crecimiento económico.
“Casi la totalidad de los hombres en edad de trabajar, está incorporado al mercado laboral, mientras existe un alto porcentaje de mujeres en esa edad que por diversas barreras, no ha logrado insertarse en el mercado laboral. Si les damos mayores oportunidades, inyectaríamos más recurso humano a la fuerza laboral y podríamos disminuir la tasa del desempleo y mejorar la de productividad”, recalcó la experta.
Actualmente, la tasa de desempleo y subempleo de las mujeres, es históricamente mayor que la de los hombres, y muy por encima del desempleo abierto general.
Aunado a esto, sigue existiendo una brecha salarial importante (5% en general), sobre todo en el sector de servicios y comercio, donde las mujeres ganan hasta 24.2% menos que los hombres.
“Otro aspecto relevante, es que, del total de personas que se gradúa de universidades, el 60% son mujeres y, a pesar de ello, no tienen las mismas oportunidades para insertarse en el mercado laboral y muchas de ellas continúan desempleadas”, afirmó Gordienko.
Esto se debe a varias razones. En primer lugar, las mujeres suelen estudiar carreras que no tienen una alta demanda laboral. Por lo tanto, es importante, desde niñas, motivarlas para que estudien carreras con más oferta, en el área de la Ciencia, Tecnología, Economía y Matemáticas, explica la experta. Por otra parte, hay una serie de barreras y prejuicios que limitan su incorporación a trabajos bien remunerados y en condiciones equitativas.
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