El Observatorio del Comercio Ilícito (OBCI) de la Cámara de Comercio de Costa Rica (CCCR) advierte que la caída en la cantidad de mercadería ilícita decomisada no es un indicador de que el comercio ilícito en el país esté disminuyendo. Por el contrario, la situación económica actual, generada por el COVID-19, ha detonado los mercados ilegales.
Según datos de la Policía de Control Fiscal interpretados por un medio de prensa, la cantidad de mercadería ilegal decomisada en mayo pasado decreció en un 44% con relación a mayo 2019. Sin embargo, las transacciones dentro del mercado ilícito enfrentan una realidad distinta.
Mientras que la emergencia nacional se ha caracterizado por dos efectos directos: por un lado, una reducción en el ingreso de las personas, esto ante la pérdida de empleos, suspensiones de contratos y reducciones de jordanas laborales; por otro lado, la venta autorizada de productos se ha visto contraída, debido a las limitantes horarias y otras restricciones.
Las preferencias de consumo de las familias no han variado en el corto plazo. Esto quiere decir que, si una persona usualmente consume 2 productos de cuidado personal por mes, una reducción en su ingreso lo incentiva en primera instancia buscar estos 2 productos a un precio más cómodo. Y si además, los lugares donde usualmente lo compra tiene limitaciones de venta, esta persona va a optar por otras opciones.
Ambos factores terminan incentivando para que las personas consuman productos ilícitos, que, al no cumplir los requerimientos sanitarios y fiscales, se colocan en el mercado con precios mucho menores a los productos legales que si cumplen con todas las normativas. Esta es la realidad que enfrentan bienes como medicamentos, licores, cigarros, cosméticos, prendas de vestir y lotería.
“El volumen del Comercio Ilícito en Costa Rica alcanzó un valor de ₡700.000 millones en el 2019, lo que equivale al 6,8% de Consumo Total de los Hogares y al 2% del Producto Interno Bruto del país” señaló Julio Castilla, presidente de la Cámara de Comercio de Costa Rica.
Es un momento clave para el control del comercio ilícito, la actual restricción vehicular ha provocado que el abastecimiento de mercadería ilícita se limite; y ante el aumento de incentivos para transacciones de bienes ilegales en el mercado nacional, las reservas ilícitas se están acabando. Por lo que es de esperarse movimientos grandes de mercadería ilegal en las próximas semanas; prueba de esto son las más de 18 mil unidades de licor decomisadas la semana pasada.
“El principal detonante del comercio ilícito son las trabas que existen en el país para colocar productos en el mercado de manera lícita y operar dentro de la formalidad; no es coincidencia que los productos con mayor mercado ilícito son lo que tienen las mayores cargas impositivas” comentó Jairo S. Mena Arce, Director Ejecutivo del Observatorio del Comercio Ilícito de la Cámara de Comercio de Costa Rica.
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