Las alianzas público-privadas (APP) pueden ser una opción para impulsar la economía del país, según consideran varios expertos.
Guillermo Matamoros, experto en alianzas público-privadas, estas son una herramienta especialmente idónea para canalizar la inversión privada. Además de llenar las brechas de infraestructura de transporte, educación, salud, tecnología, inmobiliaria y otras. Esto las hace especialmente relevantes para impulsar la reactivación de la economía.
Sin embargo, para el experto, Costa Rica hoy no tiene esas condiciones. Por lo que, “si queremos lograr algo en el mediano plazo, debemos dejar de hablar y empezar a diseñar sobre bases sólidas”.
Por su parte, para Franco Pacheco, presidente de la Junta Directiva de la Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED), las APP también pueden ser un mecanismo para fortalecer la transparencia.
«Si pensamos en alianzas público-privadas, la manera más efectiva de fortalecer la transparencia es robusteciendo su estructura formal para una gestión intachable. Sector público y empresa privada tienen ante sí la oportunidad de no solo incrementar la eficiencia e impacto de proyectos sociales. Sino también de elevar los estándares éticos y las prácticas anticorrupción a través de un trabajo conjunto asumido desde la mejora continua.»
En el contexto actual, es necesario promover, generar e identificar formas de trabajo público privado. El cual responda a las necesidades económicas y sociales del país. Esto de manera que ambas partes asuman su papel y se distribuyan responsabilidades, riesgos, beneficios e impactos sobre los ciudadanos. Según comentó Aitor Llodio, director ejecutivo de Aliarse.
Por su parte, para Gisela Sánchez, presidenta de Amcham, “las alianzas público-privadas han sido un motor para el desarrollo de Costa Rica desde 1843. Por lo que es natural que trabajemos juntos, pues somos sectores complementarios y los desafíos de Costa Rica son los desafíos de todos”.
Un caso de éxito es de las alianzas público-privadas es Guanacaste. Allí varias APP trabajaron para favorecer a un grupo de más de 100 familias de diez comunidades de esa provincia.
Esto con el fin de ayudarles a superar la crisis generada por la pandemia de Covid-19, por medio del cultivo sostenible de hortalizas. Principalmente, en una zona donde es inusual este tipo de producción.
Se trata de agricultores de Bagaces, Nandayure, Liberia, Santa Cruz y Carrillo. Ellos producen hortalizas de manera sostenible en el marco de la transformación productiva que lleva adelante el sector agropecuario con el apoyo privado.
Aparte del respaldo institucional del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) en capacitación e innovación tecnológica, los agricultores reciben asistencia técnica e insumos para producir y condiciones de encadenamiento con mercados locales. Esto con apoyo de la fundación Scheinberg Relief Fund, la Asociación Creciendo Juntos, la empresa Unilever, Fundecooperación y la Asociación Nacional de Chefs.
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