Por: Jorge Salazar, Socio de Auditoría de Grant Thornton
La utilización de un presupuesto resulta ideal tanto a nivel empresarial, como a nivel personal o familiar. Puede utilizarse para ejecutar proyectos continuos como la operación de una compañía, el mantenimiento de un hogar, o también para proyectos específicos como desarrollar una nueva línea de servicios, construir una casa, comprar un carro, vacacionar, entre muchos otros.
En muchos casos si no contamos con un presupuesto que nos ayude a controlar oportunamente nuestras finanzas, podríamos experimentar situaciones como que los gastos superen los ingresos, y lo que resulta más preocupante, es que probablemente hasta que recibamos uno o dos meses después; estados financieros en el caso de las empresas, o estados de cuenta de tarjetas de crédito, en el caso familiar o personal, nos percatemos de dicha situación.
La elaboración de un presupuesto es un ejercicio relativamente sencillo, al alcance de cualquier persona o familia, que nos puede ayudar a evitar muchos dolores de cabeza y que nos permitirá ejecutar proyectos de manera exitosa acorde con nuestros ingresos.
Los dos pasos básicos para elaborar un presupuesto son:
Generalmente, los ingresos o recursos a destinar para un presupuesto representan un monto relativamente fácil de determinar, pero hay que ser muy cuidadoso y específico con los costos por incurrir, es fundamental determinarlos de forma íntegra y realista, para que el presupuesto cumpla su objetivo y sea exitoso según nuestros propósitos y necesidades. El resultado de esta simple resta nos permitirá concluir si el proyecto es realizable, o debe de ajustarse, destinando más o recortando recursos en ciertas líneas, de manera que se apegue al objetivo, pero, sobre todo siempre dentro de nuestra realidad económica.
Intentemos realizar un presupuesto, sin duda nos dará orden y tranquilidad en nuestras finanzas.
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